domingo, 31 de enero de 2010

Estado de derecho, derecho comunitario y leyes federales.

Desde la malograda reforma constitucional, generada por la traición de la plutocracia partidista que desde hace ya un buen tiempo gobierna México, al espíritu original de los Acuerdos de San Andrés, firmados por el gobierno de Ernesto Zedillo y la Comandancia General del EZLN, se han originado una serie de reformas constitucionales, todas bajo la supuesta protección, ya de los derechos de las “minorías”, del nonato, del entorno ecológico, etc., y al mismo tiempo se ha posicionado a las instituciones federales como las únicas tuteladoras de cualquier “grupo vulnerable” como eufemísticamente se llaman en los corrillos oficiales, colocando, más todavía, a los tutelados en la indefensión total, tal es el caso particular de las comunidades originarias.

Una de las dependencias federales que ha tomado el control de las acciones comunitarias es la PROFEPA, ente que junto a la SEMARNAT, se ha encargado de “proteger” a las especies y, cuando es necesario, avalar concesiones mineras, sobre bosques, eólicas, sobre aguas, etc., si así es necesario para legitimar la política pro-megaproyectos del gobierno federal y los gobiernos locales aliados al capital trasnacional. Como se ha denunciado por parte, primero del CENTRO DE ESTUDIOS DE LA REGIÓN CUICATECA y, posteriormente por medio del CONGRESO AUNTÓNOMO CUICATECO, en la región cuicateca, particularmente en cuatro comunidades pertenecientes al Municipio de san Juan Tepeuxila, se otorgó por la SECRETARÍA DE MINAS, dependiente de la SECRETARÍA DE ECONOMÍA, por medio de todas las malas artes de las que el Estado es capaz, por supuesto sin ninguna formalidad jurídica, una concesión de cincuenta años sobre 3500 has., hasta aquí no habría mayor implicación de no se porque los organismos “protectores” mencionados, PROFEPA y SEMARNAT, han negado sistemáticamente conocer del hecho, al menos, argumentan en lo relacionado al medio ambiente, paradójicamente, esta región comparte el territorio de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán, lo cual supondría que se encuentra protegida.

Hasta aquí esto podría ser irrelevante a no ser por los acontecimientos más recientes, hacia finales del año 2009 un grupo de policías federales, PFP, a bordo de una camioneta recorrían la carretera de terracería que une a la comunidad de San Juan Tepeuxila con Cuicatlán y coincidieron con un vecino de dicha comunidad el cual se dirigía a sus actividades cotidianas, en posesión de una escopeta, su machete y una navaja, esta situación ocasionó que fuera detenido y sin mediar ninguna observación ni validar ningún argumento de su parte fue despojado de sus herramientas y remitido hasta la ciudad de Oaxaca, sin enterar de ello a los representantes comunitarios, sobre todo porque los hechos sucedieron en su jurisdicción, en donde se le impuso una multa cercana a los cuarenta mil pesos, por supuesto sin devolverle lo que legítimamente le pertenece.

A ello es necesario precisar que dadas las características y las costumbres de los vecinos de las diferentes comunidades cuicatecas es, más que, común que porten algún tipo de arma de fuego, generalmente escopetas de pequeño calibre y excepcionalmente pistolas, por cierto todas con los permisos de ley ya que existe la tradición de notificar oficialmente a las autoridades correspondientes de su existencia. Este primer incidente abrió la puerta para otras acciones sucesivas de la misma PFP, ahora con el pretexto de la aplicación de las leyes federales de armas de fuego, convenientemente sin notificar de manera oficial a las autoridades correspondientes, ignorando que San Juan Tepeuxila es un municipio autónomo, de acuerdo a las leyes mexicanas, y que es en su territorio y a sus ciudadanos a quienes afectan directamente estas acciones, a partir de estos hechos se pueden documentar al menos otros cuatro acontecimientos similares, la detención de un vecino de la comunidad cuando regresaba de sus labores, su delito transitar con la yunta en el camino, fue despojado de doscientos pesos, lo único que traía en efectivo.

Otra más en las vacaciones de fin de año un grupo de jóvenes escolares se encontraba vacacionando y decidió visitar una pequeña represa conocida como Matamba, ahí fueron detenidos por una patrulla de la PFP, misma que con el pretexto de proteger su integridad los amedrentó y al percatarse de que eran, en su mayoría, menores de edad se les “permitió” continuar con sus actividades, no sin advertirles de los “peligros” que entrañaba andar en la zona, que hasta ahora no representa ningún peligro para nadie pues en la zona se goza de tranquilidad permanente, salvo cuando las patrullas de la PFP hacen su aparición.

La preocupación mayor de la comunidad de San Juan Tepeuxila se ha generado a partir de una serie de acontecimientos relacionados con la PROFEPA y SEMARNAT, como es del conocimiento público estas dependencias desarrollan programas de “protección” ambiental y de los recursos naturales, que casualmente abundan en la región de la que hablamos, para ello han establecido convenios con varias comunidades de la región para financiar programas de reforestación y protección de especies, Tepeuxila no ha sido la excepción, hasta aquí no habría mayor dificultad a no ser que con el pretexto de “vigilar” el desarrollo de los proyectos los representantes de PROFEPA y SEMARNAT han iniciado un hostigamiento sistemático en contra de la población, tomándose atribuciones que no les corresponden.

Es necesario aquí puntualizar que existe un derecho comunitario, expresado en el Estatuto Comunal correspondiente y que en concordancia con las leyes estatales como la LEY DE DERECHOS DE LOS PUEBLOS Y COMUNIDADES INDIGENAS DEL ESTADO DE OAXACA, La LEY AGRARIA y por supuesto las Constituciones estatal y Federal, además de las otras que se derivan de su naturaleza, faculta a la comunidad y a sus representantes a tomar todas las decisiones relacionadas con el territorio y la conservación de los recursos que se hallan en el mismo, lo cual no es más que parte del espíritu comunitario en tanto que la vida de la misma gira entorno a una relación de respeto y armonía con la naturaleza, los cuicatecos como los demás pueblos originarios somos parte de la naturaleza, pertenecemos a ella, no nos pertenece.

Como podrá derivarse de ello, es evidente que la relación hombre-naturaleza tiene para nosotros un papel fundamental en la vida y su preservación, como pueblo hemos convivido con nuestro medio durante miles de años, así existen mecanismos que garantizan plenamente que la relación de los miembros de la comunidad con el medio no son de depredación, pensamos que la naturaleza y todos los miembros que la componen somos complementarios y solo cuando se corre un riesgo claro actuamos, como es natural en defensa de nuestra integridad.

En nuestras comunidades existe una idea perfectamente clara de la relación con el entorno y cuando esta se altera por alguna razón se hacen las notificaciones correspondientes a la comunidad y ésta por las vías institucionales realiza las notificaciones correspondientes, en este sentido los últimos acontecimientos en San Juan Tepeuxila son especialmente ilustrativos, como señalaba anteriormente, la PROFEPA y SEMARNAT, con el pretexto de “apoyar” en las tareas que les competen ha pretendido intervenir directamente con los miembros de la comunidad, pretendiendo determinar las formas en que la comunidad debe realizar sus funciones vitales, prohibiendo a los comuneros utilizar los recursos que por ley les pertenecen, aquí hasta ahora el régimen de propiedad es comunal, con todo y los intentos de la Procuraduría Agraria, PA, por revertirlo, primero vía PROCEDE y ahora por la vía del FANAR, por tanto la adjudicación de los espacios se realiza por Asamblea y mediante la noción central de la preservación.

El argumento del dúo PROFEPA y SEMARNAT, en el territorio se hayan especies protegidas, fauna y flora por igual, por lo que según los inspectores y funcionarios de esta institución han pretendido determinar qué destino deben tener las tierras de la comunidad, algo que históricamente ha determinado la comunidad misma, con gran conocimiento de las dinámicas del territorio, mismo que han preservado sin la ayuda de dicha dependencia ni de otra.

Adicionalmente, siguiendo los usos y costumbres, cuando es necesario tomar decisiones relacionadas con las especies protegidas los comuneros, desde siempre, siguen el canal comunitario, dar aviso a la representación comunitaria, la cual procede de acuerdo a las formalidades del caso, así en fechas recientes se han dado al menos dos casos dignos de ser considerados.

Uno de ellos relacionado con el pastoreo de ganado, en la comunidad es una tradición utilizar los pastizales de las tierras comunitarias para engordar y mantener el escaso ganado que se cría en ella, las instancia comunitarias manejan los tiempos y las condiciones en las que los comuneros pueden, o no, hacer uso de dichos recursos, sin embargo la PROFEPA y SEMARNAT, han amenazado a los comuneros con proceder sin siquiera analizar las circunstancias con el pretexto de que el ganado daña los pino jóvenes, mismos que se plantaron por la comunidad, mediante trabajo comunitario, llamado Tequio, solo que como parte de los programas impulsados por PROFEPA y SEMARNAT, lo cual en opinión de los empleados que se han presentado en la comunidad les faculta para “intervenir” y castigar si es necesario.

El otro, más preocupante porque ha unido las acciones de la PFP, mencionadas anteriormente, a las de PROFEPA y SEMARNAT, se relacionan con las especies de la fauna protegidas por las leyes federales, particularmente el caso del puma americano, especie que se encuentra en las tierras cuicatecas, en la comunidad existe un espacio conocido como “tierra caliente”, parte de la reserva de la biósfera Cuicatlán-Tehuacán, mismo que se compone de tierras de alta productividad, las cuales en otras épocas contribuyeron a la subsistencia de la comunidad, con el paso del tiempo y el surgimiento de otras condiciones de vida fueron abandonadas paulatinamente por lo que el puma las ocupó, como es natural en un momento dado esta especie empezó a interactuar con los comuneros, no necesariamente para bien, en tanto que se trata de una especie salvaje.

En estas circunstancias, los pumas empezaron a depredar el ganado de los comuneros, al menos un par de burros, un caballo y algunos novillos, reses jóvenes, lo cual fue notificado a la representación comunitaria, misma que a su vez reportó a PROFEPA y SEMARNAT quienes se comprometieron a analizar el caso y a intervenir en caso necesario, evidentemente nunca lo hicieron, a lo sumo cuestionaron el hecho de que la comunidad interactuara con las especies, incluso alguno de los funcionarios “sugirió” que la comunidad se trasladara a otro sitio ya que dicha especie tenía “derechos” que no podían ser violados, ¿ignorancia o mala fe?.

Como era de preverse llegó el momento en que los felinos irrumpieron en la comunidad, poniendo en riesgo a los habitantes de la misma, así un comunero, realizando sus labores agrícolas cotidianas tuvo el infortunio de toparse con una puma, la cual atacó a sus perros, matándolos, intentando agredir a un hijo del comunero por lo que éste tuvo que intervenir dando muerte al animal, acto seguido, como corresponde a las normas comunitarias el comunero dio aviso a la representación comunitaria, el Comisariado de Bienes Comunales, para que como corresponde a las normas diera el aviso a la PROFEPA y SEMARNAT y éstas dependencias actuaran conforme a lo que les corresponde, lamentablemente una filtración de la información permitió al trío PFP, PROFEPA y SEMARNAT, intervenir en un aparatoso operativo en la comunidad de San Juan Tepeuxila con el pretexto de detener y proceder en contra del comunero y al no localizarlo se amenazó a la comunidad con regresar e iniciar un operativo conjunto para requisar las armas de los comuneros, que como mencionamos más que armas son herramientas para el trabajo.

Ante ello planteamos algunas preguntas, ¿justifica la existencia de leyes sean federales, sean locales, atentar contra los derechos humanos de las comunidades?, con el pretexto de proteger la vida salvaje, con todo lo valioso que en ello hay, ¿es más valiosa la vida de las especies que la de las comunidades?, o bien podemos concluir que esta aparatosa reacción de las “autoridades” vía las dependencias mencionadas constituye una especie de forma de represión y hostigamiento, en una zona en la que a voces se han pronunciado en contra de la posible implementación de un proyecto, ese sí indudablemente mortal, no solo para las especies protegidas, sino para toda forma de vida, nos referimos al proyecto minero “Raquelita I”, el tiempo revelará la dimensión real del asunto.

Mientras tanto apelamos a las organizaciones de derechos humanos, nacionales e internacionales a mantener la atención en ello, sobre todo porque la comunidad ha decidido refrendar el apoyo al comunero lo que eventualmente puede servir de pretexto para acciones punitivas por parte del Estado y sus instituciones.

miércoles, 27 de enero de 2010

SE ASEGURA EN OAXACA PIEL DE PUMA CON CABEZA, CRÁNEO, GARRA Y COLA.

14/ENERO/2010


En seguimiento a una denuncia ambiental en contra de un sujeto identificado como Valeriano Vázquez Quintana, por la cacería y/o muerte de un puma (Puma con color) en San Juan Tepeuxila, Oax., en un paraje ubicado dentro del polígono de la Reserva de Biosfera Tehuacán-Cuicatlán, se logró el aseguramiento precautorio de 2 pieles de venado cola blanca, 6 patas de venado, 2 testas de venado, 3 kilos 700 gramos de carne de puma, una piel completa de puma con cabeza, cráneo, garra y cola, y una cola de ardilla.

El presunto responsable logró darse a la fuga antes de que los inspectores de la Delegación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en Oaxaca, llegasen a su domicilio para realizar la visita de inspección, en compañía de ocho elementos de las policías estatal y municipal.

El personal actuante se presentó en el domicilio particular de Valeriano Vázquez Quintana y al haberse dado a la fuga, se intentó que su esposa atendiera la diligencia, acompañada por su suegro. No obstante que se les explicó el motivo, objeto y alcance de la visita, se negaron a recibirla. Tampoco quisieron nombrar a testigos de asistencia, ni firmar o recibir el acta que, a pesar de todo, se formuló.

A decir de la esposa del presunto responsable, el puma fue cazado por su esposo en el paraje denominado Loma del Carpintero, dentro de los terrenos comunales de San Juan Tepeuxila.

Los bienes asegurados fueron trasladados a las oficinas de la Delegación de la Profepa en Oaxaca, y quedaron inventariados en el acta PFPA/26.3/2C.27.3/0005/10 para, en los próximos días, entregarlos al Ministerio Público federal junto con la denuncia penal correspondiente.

Cabe señalar que el puma es un ejemplar emblemático de la región y el segundo felino más grande de América. Se trata de un animal oriundo de México y se encuentra en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), así como en el Apéndice I de CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres).

Por lo mismo, la caza de esta especie está prohibida en nuestro país. No así la de venados y ardillas, si bien para estas dos especies se requiere la autorización expresa de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), con la finalidad de que los particulares que lo hagan o en cuyos predios se realicen, garanticen la reproducción controlada y el desarrollo de poblaciones.

De acuerdo con el artículo 420 del Código Penal Federal, se aplicará una pena de uno a nueve años de prisión y una multa que va de los 300 a los 3,000 días de salario mínimo general, a quien ilícitamente caze, pesque o capture con un medio no permitido, algún ejemplar de especie de fauna silvestre. Y se le aplicará una pena adicional hasta de tres años más de prisión y hasta mil días más de multa, cuando estas conductas se realizan en o afecten una área natural protegida, como es el caso.

martes, 26 de enero de 2010

El territorio de San Juan Tepeuxila una comunidad originaria (india) cuicateca (Iñ bakuu), un laboratorio para el despojo a los pueblos originarios.

  • AL CONGRESO AUTÓNOMO CUICATECO.
    A LAS INSTANCIAS DE DERECHOS HUMANOS, NACIONALES E INTERNACIONALES.
    A LOS ORGANISMOS SOCIALES, NACIONALES E INTERNACIONALES.
    A LAS PERSONALIDADES Y ACADEMICOS CONCIENTES, CONSECUENTES Y SOLIDARIOS CON LOS PROBLEMAS INDIGENAS.
    A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN CONSECUENTES Y SOLIDARIOS.
    A TODOS ELLOS.

    Enero 25 de 2010

    Las comunidades del pueblo originario (indio)[1] (Iñ bakuu)[2] cuicateco, tenemos una presencia datada por los estudiosos de nuestra cultura, antropólogos y arqueólogos, entre los años 200 a. de n. e. y 200 d. de c. Nuestro territorio está en la parte norte del estado de Oaxaca, pertenece al distrito de Cuicatlán, aproximadamente se enmarca en las coordenadas en una poligonal rectangular como sigue: en el noroeste: 18° Lat. Norte; 18° 36’en el noreste; en el sur; suroeste, 97° 3’ Long. Oeste, al este, 97° 26’ Long. Oeste.

    La orografía territorial de los cuicatecos puede describirse a partir de las siguientes características: cuenta con dos partes bajas denominadas cañadas, la Cañada Chica y la Cañada propiamente dicha. La Cañada Chica es una planicie reducida situada en una altura aproximada de 650 a 700 msnm, irrigada por el Río de las Vueltas que se origina en las faldas de la Sierra Monte Flor que colinda con el Valle de Oaxaca, jurídicamente este territorio pertenece a Etla, Oaxaca. La Cañada[3], por su parte, es prácticamente un cañón, con una altura entre 500 y 600 msnm formada por tierras aluviales irrigada por el Río Grande que se origina tanto en las montañas de la Sierra Norte de Oaxaca conocida como sierra Juárez, como en la misma sierra que pertenece al distrito de Cuicatlán; ambas cañadas, tienen un clima subtropical. El Río de las Vueltas ya en La Cañada se une al Grande, éste circula hacia el norte a lo largo del cañón, se une con el Río Salado que fluye hacia el sur desde la mixteca y el valle de Tehuacán aumentando así su caudal a la altura donde se ubica el pueblo de Quiotepec. El Río Grande unido al Salado circula en medio de un desfiladero soberbio dividiendo la sierra cuicateca con la sierra mazateca, ambas pertenecientes a la Sierra Madre Oriental y finalmente forman el Río Papaloapan, el cual vierte sus aguas en el Golfo de México. Por las condiciones geográficas que se generan, idéntico a las tierras tropicales, se pueden encontrar plantas propias de estos climas.

    Un componente geográfico del territorio cuicateco, los conforma la parte montañosa, que tiene elevaciones que se desplantan del Río Grande hasta llegar a tener una altura (no comprobada) de 3780[4] msnm; por las conformaciones orográficas del territorio, así como por la afluencia e influencia de los vientos húmedos provenientes del Golfo de México, esta parte del territorio cuicateco, tiene una diversidad de microclimas que la hacen una zona bastante rica en biodiversidad.

    La presencia de nuestros ancestros, desde entonces ha dejado huellas materiales de los Iñ bakuu o vestigios arqueológicos, así como huellas pictográficas, las que están dispersas por todo nuestro territorio, de tal manera que en la parte de La Cañada Chica, se encuentran, según registros del INEGI: Exotlan (cueva funeraria), Zoquiapan Viejo; Temaxtláhuac, Cuicatlán, Quiotepec, Llano Perdido y La Coyotera; también están las pinturas en uno de los farallones de Cuicatlán. En la parte alta que comprende una parte de la Zona montañosa, se encuentran dispersas una cantidad de ruinas reconocidas por el INEGI las siguientes: Coyollan, Coyollapan, Ahuacatitlán, Teczistepec, Tlecuasco-Etlatongo, Papalotipac, Xacayoltepc y Tutepetongo. También existen vestigios de construcciones de considerable extensión que no están consideradas en los mapas, en las siguientes comunidades: Santos Reyes Pápalo, Coapan de Guerrero, Santa María Pápalo, San Andrés Pápalo, San Juan Teponaxtla, San Sebastián Tlacolula, San Juan Tepeuxila y Cacalotepec, San Francisco Santa María Tlalixtac, San Andrés Teotilalpan, Teutila, Chapulapa y otras. Hay pinturas rupestres en una cueva de San Andrés Teotilalpan y otra en San Juan Teponaxtla.

    En nuestro transitar por la historia, como pueblo-nación, hemos tenido nuestra propia lengua; los documentos conocidos como Códices: Fernández Leal y Porfirio Díaz, documentan parte de nuestra historia.

    En nuestra ya larga presencia en este territorio, hemos aprendido a convivir entre comunidades humanas y con toda la biodiversidad que es propia del lugar; no hay evidencias de haber considerado enemigos a ninguna especie vegetal ni animal.

    En nuestro territorio, se pueden encontrar diversas especies que en otros lugares se han considerado en peligro de extinción como lo son: el venado, la guacamaya, la iguana verde, la nutria, el puma, el coyote, otros; sin embargo, aquí siguen presentes y nuestras comunidades no las han perseguido ni tratado de exterminar.

    En el caso de la comunidad de San Juan Tepeuxila, siempre han estado presentes las especies arriba mencionadas y han sido parte de nuestra cotidianidad; sin una distribución específica del territorio, nuestros ancianos siempre les dejaron libre algunos espacios en donde han vivido y reproducido desde que se tiene memoria. Sin embargo, cuando alguna especie como el coyote o el puma han representado una amenaza para la vida de nuestros animales domésticos e incluso de las personas, la comunidad ha buscado la forma de eliminarlos, como sucedió en el año de 1968, cuando un par de pumas, hembra y macho se alojaron en un barranco en el lugar denominado “el aurelillo” y se convirtieron en el azote de los vecinos de la comunidad ya que por las noches bajaban a los lugares donde los comuneros tenían a sus caballos, mulas, burros y toros para devorarlos, así sucedió con un par de mulas de don “chano” Contreras, que en una sola noche fueron devoradas las dos. De ahí que el pueblo empezó a buscar la manera de eliminar a dichos pumas, algunas noches le pusieron veneno a la carne de los animales muertos, para envenenar a los pumas, pero estos muy inteligentes no comían esa carne sino que volvían a matar un nuevo animal, así pasaron varios días hasta que por fin los representantes comunales de aquel entonces organizaron un tequio para matar a los pumas.

    De la misma manera en nuestra memoria colectiva, está presente que cuando hubo la necesidad de eliminar un coyote, por la amenaza que representaba para nuestras aves de corral; quien lograba eliminarlo, tenía la venia del pueblo para recorrerlo, y quien consideraba necesario darle una recompensa, lo hacía en especie, con un huevo de gallina, una mazorca, un litro[5] de maíz o de frijol, alguna fruta, incluso alguna moneda para reponer la munición gastada; así también se hacía con un águila o gavilán si ya era un azote para la comunidad. Aún con esa forma de recompensar a quien cazaba a esos animales, esto no se convirtió en una manera de vida de quienes han tenido y tienen alguna arma.

    Al ser una comunidad de campesinos, en los campos de cultivo, a diferencia de los lugares donde las extensiones de tierras de cultivo son inmensas; existen especies dañinas como son: la zorra, el cacomiztle (zorra colapinta), el mapache, el tejón, la ardilla, el cacalote o cuervo, incluso el venado y las guacamayas. Para evitar que afecten nuestra cosecha, hemos utilizado diversas formas de combatirlas, entre ellas, comprado armas de bajo calibre para garantizar que no se conviertan en una plaga; a pesar de que varios ciudadanos tienen armas, no se ha generalizado ni la violencia, ni la caza furtiva, ni se han incrementado los delitos, puesto que somos una población pacífica. Así, caminando el tiempo, hemos logrado sobrevivir tanto humanos como animales, sin afectar en grado extremo la mutua existencia.

    Por las características del relieve del suelo, nos es imposible tener nuestros cultivos en lugares planos, donde el acceso sea con vehículos de ruedas, tan es así, que el primer vehículo de motor que ingresó en nuestra comunidad, fue en el año de 1989. En consecuencia, nuestros medios de transporte para poder trasladar a nuestro hogar o al lugar de venta de los productos del campo, como son: frijol, maíz, chilacayota, calabaza; frutas como: granada, manzana, durazno, membrillo, pera; hortalizas como: jitomate, tomate, calabaza, chile, otros; para todo ello, nuestros valiosos animales son: el burro, la mula y el caballo; salvo los lugares donde pueden entrar los vehículos automotores, que son muy escasos, nosotros dependemos de nuestros animales de carga.

    Al ser un territorio donde el cultivo del maíz y del frijol -productos de consumo básico para nosotros-, sólo es en el temporal, puesto que no hay infraestructura para riego; nuestros animales los ocupamos en ciertas épocas del año, por lo que nos vemos en la necesidad de utilizar una gran parte de nuestro territorio como agostadero, es decir, en ciertas épocas del año, ocupamos a nuestros animales y en otras, los soltamos para que pasten libremente; también los dejamos libremente para que se reproduzcan de manera natural, ya que no existe la costumbre de la inseminación artificial.

    Se insiste que por las características del relieve, tampoco es posible utilizar maquinaria agrícola para preparar las tierras de cultivo y menos para las labores de cultivo, de tal manera que nuestros campos sólo pueden ser labrados con animales de tracción; en nuestra comunidad y en las circunvecinas, el campesino depende de la yunta y alguno de la mula o el caballo; y otra vez, como los terrenos de cultivo son de temporal, hay ciertas épocas del año en que existe la necesidad de utilizar nuestro territorio comunal como agostadero para poder mantener a nuestros animales. De la misma manera, para su reproducción, los dejamos libres en nuestro territorio.

    A pesar de ser comunal, una gran parte de nuestro territorio, está reconocido como un terreno de x o y familia; es decir, que dado el prolongado tiempo de estar utilizando un terreno como campo de cultivo, este ha pasado por generaciones bajo el dominio de esa familia, de tal manera que en cualquier momento puede labrar la tierra y cultivarla; al interior de la comunidad, existen ciertas prácticas de usos y costumbres ya añejas, que permiten seguir manteniendo dicha organización territorial. En vista de lo anterior, no puede utilizarse cualquier terreno para agostadero.

    En cuanto a la madera, a pesar de nuestra presencia milenaria en este territorio y utilizarla como combustible, no hemos deteriorado el equilibrio ecológico, nuestros abuelos nos enseñaron a respetar los árboles y toda la vegetación que hay en nuestro entorno. Tampoco hemos utilizado nuestros bosques para explotarlos, sólo con la presencia de una plaga, de la que CONAFOR tiene la información, nos hemos visto en la necesidad de talar los árboles afectados, de otra manera, nuestro bosque estaría en condiciones óptimas.

    Debido a nuestra ascendencia como pueblo originario, seguimos practicando los usos y costumbres, cuando hay un suceso de importancia para la comunidad, acudimos a las instancias que nos representan, tales como: Presidencia municipal o Comisariado de Bienes Comunales. También nuestra máxima autoridad es la Junta o Asamblea Comunal, donde se decide lo que más conviene a los comuneros.

    No obstante todo lo anterior, en los últimos años, se han tenido algunos cambios por diversas razones, una de ellas, la presencia de las instancias federales que sutilmente, bajo la égida de ciertos programas gubernamentales están incidiendo en la modificación y alteración de nuestras prácticas de vida comunalitaria, las que afectan gravemente nuestras actividades cotidianas dentro de nuestro territorio.

    Esto es notorio, específicamente en las siguientes acciones gubernamentales:

    Se ha venido aplicando un desarme a los comuneros, con el pueril argumento de que se aplica la ley de armas de fuego, quitándole las armas a los campesinos aún cuando estos se están trasladando a su campo de cultivo o a algún territorio comunal.
    Se está limitando parte del territorio para agostadero, con la falacia de que se están afectando los pinos sembrados en la zona de reforestación.
    Se está limitando el área de donde se podrá cortar leña, imponiendo restricciones arbitrarias, sin consenso y aprobación de los comuneros, argumentando que es una disposición de las instancias federales.

    El colofón que corona esta actitud de intervención en las prácticas de vida comunitaria de la comunidad de Tepeuxila, Kuu Kaan, es lo que se relata a continuación.

    Como se anotó arriba, que una parte de nuestro territorio es utilizado como agostadero, la zona cálida llamada ñaa inuu (tierra caliente), donde los comuneros han cultivado, frijol, maíz, árboles frutales y desde cientos de años han tenido y tienen su ganado bovino, equino y asnar para su crecimiento y reproducción; en los últimos cuatro años, se ha venido notando la disminución de la población de estos animales, y sólo se encuentran pedazos de piel, cornamenta, pezuñas, cascos, orejas, y otras huellas de su anterior existencia; estas son evidencias de que han sido alimento de algún felino; los vecinos que ya saben de la presencia de los pumas en su territorio, al que llaman ñañ’kuá’a (felino colorado), han identificado su huellas en territorios de cultivo y agostadero; es decir, los pumas han invadido un territorio que sólo era para las actividades humanas hasta hace unos cuatro o cinco años. Según los reportes de quienes han perdido su ganado, se tiene una contabilidad de aproximadamente entre 70 y 90 cabezas; dado el impacto en la economía y actividades productivas de la comunidad de Tepeuxila, desde el año 2007 se planteó en una asamblea comunal que era necesario buscar la manera de evitar que los pumas abundaran, se le informó a la SEMARNAT, de lo dañino que estaba siendo este felino, a lo que la SEMARNAT respondió que cuando hubiera una afectación, se le avisara y acudiría inmediatamente a atraparlo; cuando sucedió la afectación, el Comisariado de Bienes Comunales informó a la instancia mencionada y nunca hubo respuesta. El daño seguía, por lo que los vecinos de la comunidad, en una Junta Comunal, decidieron dar caza a los pumas en determinada parte de nuestro territorio, durante dos días los buscaron pero no pudieron hallarlos; en tanto SEMARNAT no se presentaba; la muerte de animales siguió y sigue.

    Fue el día 10 de enero de 2010, cuando un vecino de la comunidad, Valeriano Vásquez Quintana -en una actividad propia de los campesinos, el de buscar sus animales para cerciorarse que están vivos y en su comedero-, se encontró con el felino a quien dio muerte en defensa propia, ya que cuando los perros lo encontraron en su “hechadero” iniciaron la gresca de donde salieron muertos dos perros, además Valeriano iba acompañado por sus hijos pequeños y ante el temor de ser agredidos, dio muerte al puma; como todo comunero, Valeriano al regresar a la comunidad, dio aviso a la instancia que correspondía, es decir: al Comisariado de Bienes Comunales. El hecho llegó a la PROFEPA, la que se trasladó inmediatamente a la comunidad, y en una falta absoluta de respeto a las personas, se introdujo en el domicilio del comunero mencionado, decomisó pieles de ardilla y otras especies, la piel y carne del puma, desconociendo todo derecho humano, amenazó a la familia que de no presentarse el Sr. Valeriano, se haría acreedor a cierta sanción y cuando su esposa preguntó: ¿qué hubiera pasado si mi esposo hubiera sido agredido por el puma?, de manera prepotente uno de los representantes de PROFEPA respondió que la instancia pagaría por la muerte de su esposo.

    Ante la situación mencionada y dada la política institucional que se está aplicando a nuestra comunidad, consideramos que: La comunidad de Tepeuxila está siendo utilizada como laboratorio de experimentación, para ver hasta qué punto un pueblo originario puede responder y/o ser manipulado con programas de supuesto apoyo, despojándolo gradualmente de su territorio.

Ante ello declaramos:

Que somos un pueblo originario con una historia y prácticas de vida que ya trasciende los dos milenios.

Que durante nuestra presencia en este nuestro territorio, no hemos causado ninguna alteración de carácter ecológico de nuestro entorno.

Que hemos sabido delimitar nuestro territorio y hemos respetado la vida silvestre, siempre y cuando no nos afecte en nuestra supervivencia y vida cotidiana.

Que sabemos manejar el bosque y utilizar los recursos naturales para garantizar nuestra sobrevivencia.

Que nuestro territorio nos pertenece por herencia milenaria, y no aceptamos imposiciones de instancias federales para que regule su uso y su usufructo.

Que no permitiremos un acto de autoridad arbitrario como es el decomiso de armas que se viene aplicando con los vecinos de la comunidad.

Que la vida humana es primero, ante la invasión de nuestro espacio por especies nocivas.

Que defenderemos nuestro derecho a la vida en contra de la imposición de criterios arbitrarios y autoritarios de la SEMARNAT y PROFEPA.

Que no permitiremos que afecten a un ciudadano de nuestra comunidad, cuando sólo dio cuenta de lo hallado en nuestro territorio.

Que como pueblo originario, nos apegamos al convenio 169 de la OIT, mismo que fue adoptado el 27 de junio de 1989 por nuestro país y refrendado por el Senado el 11 de julio de 1990.

Que asumimos lo que se plantea en la Declaración Sobre los Derechos de las Poblaciones Indígenas, sobre nuestra autonomía como pueblos y derecho buscar nuestra autodeterminación.

Por la defensa de nuestro territorio y cultura iñ bakuu.

“El oficio de un pueblo es crear, y la fuerza está en los que crean.”
CENTRO DE ESTUDIOS DE LA REGIÓN CUICATECA.

[1] Al considerar que el término indio se debe a la confusión de Cristóbal Colón en su llegada a este continente y confundirlo con Las Indias y consecuentemente nombrar a sus pobladores como indios; los descendientes de los primeros pueblos de América, no nos sentimos identificados con ese nombre y consideramos más adecuado nombrarnos como pueblos originarios, y en adelante, así se hará.
[2] En adelante, se sustituirá el nombre cuicateco por iñ bakuu, debido a que nuestras comunidades, al autonombrarse, los hacen como iñ bakuu.
[3] En adelante, al enunciar La Cañada, se hará en referencia a la parte baja que está irrigada por el Río Grande.
[4] La elevación a la que se refiere Gómez Sandoval en Superficie y fondo de la vida social oaxaqueña, es conocida tanto en dvacuu (Yic’nguaa), como en español: El Cerro Amarillo; esta elevación, al recibir una afluencia de los vientos húmedos que vienen del golfo y el aire caliente que sube de La Cañada, tiene una particular vegetación, los árboles están cubiertos en el tallo, de una planta epífita (musgo) de color verde amarillo a lo que debe su nombre. Fernando Gómez Sandoval. Instituto Oaxaqueño de las Culturas. Fondo Estatal para la Cultura y las Artes. P. 61

[5] Medida convencional utilizada en la sierra de los iñ bakuu

lunes, 18 de enero de 2010

El homicidio en Chiapas trae una dura crítica a las mineras canadienses en México

ONG’s canadienses hacen un llamado para tomar la responsabilidad por los descuidos; las comunidades mexicanas quieren las minas cerradas

Por Kristin Bricker
Especial para The Narco News Bulletin

14 de diciembre 2009

El reciente homicidio del líder antiminero chiapaneco, Mariano Abarca Roblero, ha traído una dura crítica a las mineras canadienses en México. Abarca fue asesinado frente a su casa el 27 de noviembre. Tres hombres ligados a la compañia minera canadiense Blackfire Exploration Ltd. fueron arrestados por el homicidio. Blackfire es propietaria de una mina de barita en Chicomuselo, Chiapas. Al momento de su homicidio, Abarca, residente local, era líder de la campaña por el cierre de la mina.


El funeral de Abarca
Fotos: D.R. 2009 Otros Mundos Chiapas

En respuesta al homicidio, se han movilizado comunidades y organizaciones mexicanas en demanda de la responsabilidad por el homicidio y por el cierre permamente de la mina de Chicomuselo y de otras minas canadienses. Cientos de personas asistieron al funeral de Abarca en Chicomuselo. La procesión se detuvo en las oficinas de Blackfire en Chicomuselo para demandar justicia.

Residentes de Chicomuselo y representantes de otras comunidades afectadas por la minería formaron una caravana para trasladarse a la Ciudad de México y demandar justicia. La caravana se detuvo para celebrar mítines y eventos en Comitán, Chiapas y en la capital del estado, Tuxtla Gutiérrez. La caravana de dos camiones, se reunió con representantes de otras comunidades afectadas por la minería frente a la embajada de Canadá en la Ciudad de México, donde llevaron a cabo una protesta. Representantes de Oaxaca, San Luis Potosí, Jalisco y de la Ciudad de México se reunieron con los delegados de Chiapas para llevar a cabo la protesta en la capital del país.

Los manifestantes se detuvieron en la Secretaria de Economía para entregar una carta que demanda que la concesión de Blackfire en Chicomuselo sea cancelada inmediatamente. De acuerdo al comunicado emitido por la organización de Abarca, Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA), los delegados le dijeron al representante del secretario “si [la Secretaría de] Economía no le quita la concesion minera a Blackfire, el pueblo se la quitara en los hechos, pues no soportaremos mas muertos, ni mas destrucción ambiental, ni division de la Comunidad.” Esa no es una amenaza sin fundamento: en julio la comunidad bloqueo el camino que lleva hacia la mina.

Luego de reunirse con un funcionario de la Secretaría de Economía, la caravana se dirigió a la Embajada de Canadá para protestar por el asesinato de Abarca. De acuerdo con el comunicado de REMA: “Asi mismo le planteabamos [al gobierno canadiense] la necesidad de que apoyaran leyes que le diera dientes al gobierno para pedirles cuentas a las empresas mineras que hoy apoyan economicamente y tienen una conducta general de violaciones a los derechos humanos y la democracia.”

Leyes con dientes

Cuando las comunidades afectadas por la minería demandan “leyes que le den dientes al gobierno” para responsabilizar a las compañias por sus acciones en países extranjeros, se refieren a leyes como: la Ley C-300, Ley que busca Responsabilzar a las Corporaciones por Acciones Resultantes en Minería, Petróleo, o Corporaciones de Gas en Países en Desarrollo, que en la actualidad se encuentra en el parlamento canadiense. De acuerdo con la ONG Mining Watch, la ley sentaría los estándares de responsabilidad de las corporaciones que determinaría la elegibilidad para el apoyo político y financiero que en la actualidad el gobierno canadiense proporciona a compañias canadienses de extracción. Estos estándares de responsabilidad incluirían criterios en salud, protección, seguridad, y derechos humanos. La ley crearía también un mecanismo de quejas en donde las comunidades afectadas pudieran emitir quejas al gobierno canadiense. Si se encuentra que una compañia no cumple con los estándares de conformidad de responsabilidad, perdería el apoyo del gobierno canadiense.

La ONG canadiense, Council of Canadians, admite que las sanciones propuestas en la Ley C-300 son “modestas.” Sin embargo, ellos creen que la acérrima oposición de la industria minera a la ley demuestra que la industria ve a la ley como una amenaza.

El gobierno de Harper se ha opuesto a la Ley C-300.

Otra ley propuesta, Ley C-354, permitiría que extranjeros puedan demandar a compañias canadienses ante juzgados canadienses por abusos a los derechos humanos, sin importar el lugar en donde los abusos ocurrieron. De acuerdo con uno de los proponentes de la ley, Peter Julian, esta ley es un replicante a la la Ley de Reclamo por Agravio de los Residentes de los Estados Unidos, por la cual los sobrevivientes de la tortura en otros países pueden demandar a sus torturadores en las cortes estadunidenses.

El presidente de Council of Canadians, Maude Barlow, liga el homicidio de Abarca con la inacción del gobierno canadiense con respecto a las compañias a las que presta apoyo y que cometen abusos. Barlow dijo: “Un hombre involucrado profundamente en las protestas contra la compañia minera canadiense Blackfire ha sido asesinado afuera de su casa. Éste desenlace trágico puede ser un indicio directo al rechazo del gobierno de Harper de terminar con la impunidad que en la actualidad gozan las compañias mineras canadienses.”

Gordon Peeling, presidente de la junta directiva del grupo cabildero de la industria minera canadiense, la Asociación Minera del Canadá, dijo a la prensa: “En términos de la dinámica de la discusión esto no le ayuda a aquellos que quieren ligar esos asuntos. Su pensamiento está estropeado si tratan de ligarlo [el asesinato] con la [Ley] C-300.”

El asesinato de Abarca: misión cumplida

Los tres hombres arrestados por el homicidio de Abarca son empleados en activo o ex empleados de Blackfire.

Jorge Carlos Sepúlveda Calvo está acusado de haber disparado contra Abarca. Era conductor de Blackfire.

Las autoridades chiapanecas no han revelado el rol que creen que tuvo en el asesinato otro de los hombres detenidos, Ricardo Antonio Coutiño Velasco. Coutiño Velasco era contratista de Blackfire.

Caralimpio López Vázquez es operador y supervisor de turno en la mina. De acuerdo con testigos, el condujo la motocicleta en la que los homicidas huyeron.

Blackfire no puede argumentar que el homicidio fue un incidente aislado. REMA reporta que en agosto de 2008 tres hombres que portaban chalecos de empleados de Blackfire golpearon a Abarca y a su hijo en su casa. Los hombres mantuvieron a la esposa encañonada con una pistola. REMA dice que en respuesta al ataque, Abarca presentó una denuncia ante el gobierno. El gobierno no hizo nada.

En el verano de 2009, los pobladores de Chicomuselo entraron en negociaciones con Blackfire con respecto al camino que la compañia construyó ilegalmente en su tierra comunitaria. Los pobladores afirman que poseen el acuerdo firmado en enero de 2008 en el que la compañia determinaba donde construiría el camino a la mina. La compañia ignoró el acuerdo y construyó el camino en un sitio en donde el gobierno de Chiapas dice que no debería estar. Cuando las negociaciones entre los pobladores y Blackfire se rompieron, los pobladores comenzaron a cercar el camino con el fin de cerrarlo. De acuerdo con el líder antiminero Gustavo Castro Soto los pobladores presentaron una denuncia ante el gobierno: “Luis Antonio Flores (Gerente de Relaciones Públicas de Black Fire), Sr. René Salvador Cartajena, C. Caralampio López (y) otro más, y además trabajadores de la misma amenazando de omicidio (sic) y golpes con armas blancas y con armas de fuego que portaban, por lo tanto no se llevó a cabo el trabajo de tapar el paso, decidimos retirarnos para no comprometernos aun (sic) acto de provocación de confrontación violenta a muerte que ellos insistían con palabras provocativas trataron de echar las maquinas encima de los compañeros, por eso hoy pedimos al C. Gobernador Juan Sabines Guerrero, rotundamente a su administración y trabajadores prepotentes ante nuestra comunidad, que se erradique [a la minera Blackfire] su estancia en este ejido.”

Debe resaltarse que Caralimpio López, mencionado en la denuncia como parte del grupo amenazante, está acusado de conducir la motocicleta que los homicidas usaron para huir en el asesinato de Mariano Abarca. Caralimpio López era trabajador de Blackfire al momento del homicidio. En otras palabras, los pobladores presentaron una denuncia formal en contra de López por ser parte del grupo que amenazó a los pobladores de Chicomuselo con agresiones físicas si trataban de cerrar el camino construído ilegalmente, y aparentemente Blackfire no hizo nada.

Tan solo días antes de su asesinato, Abarca presentó una denuncia en contra de dos empleados de Blackfire, Ciro Roblero Pérez y Luis Antonio Flores Villatoro, por amenazas de muerte si no dejaba de organizar a la comunidad de Chicomuselo en contra de la mina de barita de la compañia minera canadiense Blackfire. De acuerdo a una denuncia formal presentada ante un empleado de gobierno que trabaja en el edificio municipal de Chicomuselo, Roblero Pérez llegó al edificio municipal para decir que había ido a buscar a Abarca “para quebrarle la madre a plomazos”. Se informa que también dijo que Abarca y otras personas estaban en la lista de personas a los que los dueños de Blackfire querían lastimar. El gerente de relaciones públicas de Blackfire, Luis Antonio Flores Villatoro, es también mencionado en la denuncia como una de las personas responsables de dicha lista. El gobierno había citado a Roblero Pérez y Flores Villatoro para que declararan con respecto a la denuncia hecha por Abarca, sin embargo, estos no se presentaron. Abarca fue asesinado esa misma tarde.

El 7 de diciembre, las autoridades del estado de Chiapas finalmente actuaron. Cerraron temporalmente la mina de Blackfire en Chicomuselo. Aparentemente Blackfire cerró la mina y removió los aparatos que generaban luz poco tiempo después de la muerte de Abarca. El gobierno de Chiapas solamente hizo un acto oficial al pegar sellos de “Clausurado” en las puertas de la mina.

El gobierno dice que la clausura del mina no tiene nada que ver con el asesinato de Abarca. De acuerdo con el gobierno: “El motivo de la clausura de dicha empresa deriva por la apertura de nuevos caminos sin contar con la autorización en materia de impacto ambiental, emisiones a la atmósfera por partículas suspendidas, así como la desviación de causes y escurrimientos naturales y cambio de uso de suelo en una superficie importante.”

La contaminación era la principal razón por la que Abarca y la REMA protestaban en contra de la mina de barita de Blackfire. Cuando Abarca estaba vivo, dijo que diría a todos los que estaban dispuestos a escuchar sobre la contaminación que la mina provocaba en Chicomuselo. De acuerdo con Castro Soto, incluso después de la brutal golpiza de agosto de 2008 por parte de los supuestos empleados de Blackfire, Abarca “siguió en la lucha denunciando la falta de agua en los arroyos y las consecuencias de las detonaciones, denunciando la contaminación de los ríos que, llenos de lodo han acabado con los peces, con ganado y otros animales muertos.”

El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas de Chiapas, demanda que el gobierno haga de la clausura temporal de la mina de Blacfkire una clausura permanente. “Este Centro de Derechos Humanos celebra la clausura de la mina de barita, ubicada en el ejido Grecia del municipio de Chicomuselo, operada por la empresa canadiense Black Fire Exploratión… Sin embargo, consideramos necesario que la cancelación no sea sólo de forma temporal sino definitiva, ya que las afectaciones denunciadas insistentemente por los habitantes ha costado la vida al señor Mariano Abarca Roblero, asesinado presuntamente por su activismo al oponerse a la explotación de la empresa canadiense. Es urgente que el gobierno tome medidas de no repetición para garantizar que en el futuro no se instalen este tipo de empresas transnacionales para evitar daños ocasionados al medio ambiente, como sucedió en la Región de Chicomuselo con la explotación minera de la empresa Blackfire.”

Es una lástima que Abarca tuvo que haber dado su vida para que las autoridades del esatdo de Chiapas actuaran por fin y cerraran la mina. Es incluso aún más trágico que el gobierno canadiense, que subsidia importantemente a su industria minera, no haya hecho nada con respecto a los continuos abusos ambientales y a los derechos humanos por parte de Blackfire. La Gobernadora General de Canadá Michaëlle Jean y Peter Kent, Ministro de Relaciones Exteriores de Canadá para las Américas, visitaron Chiapas solo dos días después de que el gobierno del estado clausurara la mina de Blackfire. Fueron recibidos por cerca de 50 manifestantes que demandaban que la mina fuera cerrada permanentemente y que la compañía pagara por los crímenes que ha cometido. REMA solicitó una reunión con los dignatarios, sin embargo, Jean y Kent rechazaron la invitación, argumentando limitación en los tiempos.


Gustavo Castro Soto
OTROS MUNDOS A.C.
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Chiapas, México
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lunes, 11 de enero de 2010

Cada vez más vulnerables, mujeres y niños que viven en los pueblos de migrantes

  • Las actividades agrícolas y pecuarias ya no representan una buena fuente de ingresos
  • Por no ser las titulares de las tierras, no reciben los beneficios de planes gubernamentales

Matilde Pérez U.
Periódico La Jornada
Lunes 11 de enero de 2010, p. 12

En la cancha de basquetbol sobresalen las voces de mujeres jóvenes. Dejaron a un lado sus tradicionales rebozos de la meseta tarasca y juegan a encestar el balón. Las miran niños no mayores de 10 años.

Otras, en los patios de sus casas, cubren con paños, como si fueran tesoros, sus cocuchas, producto de largas horas de estar casi pegadas al piso de tierra para dar forma con las manos a las grandes tinajas de barro cocidas a la leña, que ellas también acarrean del bosque de la región. Las ventas de estas piezas tradicionales ahora están a cargo de ellas y son escasos los varones que las ayudan en sus actividades.

En Cocucho, el pequeño pueblo purépecha, ellas ocupan los espacios que dejaron los padres, los esposos y los hijos que emigraron a Estados Unidos. Con los ingresos por las escasas ventas de sus enormes ollas y las remesas ponen pisos de cemento y mejoran sus viviendas, esa es la prioridad.

Investigadoras de 16 organizaciones civiles y de tres centros académicos, organizadas en la Red Nacional de Promotoras y Asesoras Rurales, revelaron que hay poco interés en los temas agrícola y pecuario, debido a que les compran a muy bajo precio sus productos, que sumado a la reducción de las remesas por la crisis en Estados Unidos llevó a un deterioro alimentario que debilitó más los pobladores de ejidos y comunidades.

Las mujeres atienden la parcela y los servicios de la comunidad, asumen más responsabilidades pero siguen bajo el control de sus familiares varones, quienes les instruyen, por vía telefónica y a través de los suegros, qué hacer con los recursos.

Ellas se responsabilizan de pagar las deudas con los polleros y usureros con intereses hasta de 500 por ciento anual y viven en la angustia por no saber de ellos por largas temporadas. Las que son madres solas dejan a sus hijos con las abuelas. A la migración también se han sumado las mujeres jóvenes, quienes son más formales en hacer llegar constantemente el dinero para gastos médicos y escolares.

Annabelle Sulmont, coordinadora del área de investigación aplicada de la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (AMUCSS) comenta que las mujeres reciben órdenes por vía telefónica para pagar a los albañiles. La prioridad es construir la casa, el campo pasó a un segundo o tercer lugar en las expectativas de las familias, cuyos varones emigraron. Sí cuidan la milpa y en algunas ocasiones pagan a jornaleros, pero las cosechas son más para el autoconsumo.

La encuesta que realizó la asociación Investigación en Salud y Demografía (Insad), en coordinación con AMUCSS, en poblaciones rurales de Guerrero, Oaxaca y Puebla, revela que hay una migración de mujeres de 20 a 39 años por motivos laborales. Las que quedan siembran, crían animales en el traspatio, se dedican a la caza, pesca, recolección, artesanías, son comerciantes o jornaleras.

Ante la falta de rentabilidad en las actividades agrícolas buscan otras perspectivas. Dejó de existir la motivación e interés por cultivar la tierra como vía de ingreso principal. La tendencia es poner una pequeña tienda de abarrotes, dice Sulmont.

En Guerrero, Oaxaca y Puebla, las mujeres en las comunidades rurales más alejadas de las cabeceras municipales conservan sus animales de traspatio, cerdos, guajolotes, gallinas, como una forma para mantener sus ingresos y ante la posibilidad de no recibir dinero de las remesas. Son altamente vulnerables porque no saben dónde está el esposo o los hijos. Su mayor seguridad son los animales, los cuales venden en casos de emergencia.

Pese a esa incertidumbre, son ellas las que más ahorran y preservan. Emigrar ya no es solamente una necesidad, se ha vuelto también un acto de prestigio social. A los 10 años de edad, los niños ya no piensan en estudiar sino en irse a Nueva York o a Los Ángeles; el trabajo de la tierra ya no es su objetivo.

Para ellas, labrar la tierra es una actividad difícil, pues carecen del acceso a los beneficios de los programas gubernamentales por no ser las titulares de las parcelas. Las remesas remplazan los créditos y por tanto no hay proyectos productivos sólidos, los pocos que existen son casos aislados y no son representativos frente a la realidad.

En las comunidades de esos estados, la gente más pobre es la que trabaja la tierra pero para autoconsumo. Es su única oportunidad de tener alimento. No se les puede comparar con los agricultores de Sonora o Sinaloa.

La encuesta de Insad y AMUCSS apunta que en tres de cada diez hogares en las comunidades rurales no hay presencia ni del padre ni de la madre de los niños, en esos casos el porcentaje de remesas es más elevado que en otros hogares donde está alguno de los padres.

En esas comunidades, donde la tierra es productiva, ha dejado de sembrarse maíz, frijol, calabaza, café, jamaica, caña de azúcar, sandía, ajo, diversas variedades de chile y tomate, porque la actividad agrícola no es redituable, pero más de la mitad de los hogares poseen aves para su crianza y cuidado. Hay una reducción continuada de la fecundidad y un aumento en la sobrevivencia en edades avanzadas.

En los hogares encabezados por mujeres, el comercio tiene un peso relevante como actividad principal y le sigue la cría de animales de traspatio.

La venta de la tierra es un problema que preocupa a las mujeres. El tema es difícil para ellas, pues la mayoría de la superficie es propiedad de sus esposos, quienes son los dueños legales y son ellos los que deciden, apunta la Red Nacional de Promotoras y Asesoras Rurales. “Cada vez es más difícil mantener la tierra y en especial para las mujeres. Hay familias que venden sus parcelas para poder pagar los costos de la emigración a Estados Unidos. En otros casos, los ganaderos y los narcos se están apropiando en forma violenta de las tierras y hay maridos que venden la tierra y se van dejando a las mujeres y a sus hijos sin nada.”

Las mujeres representan 25 por ciento de los 4.5 millones de los titulares de la tierra, pero el acceso a los recursos gubernamentales no se acerca a los que reciben los hombres. Ellas reciben fundamentalmente los beneficios de Oportunidades y ellos los de Procampo. Para ellas hay más exigencias, no se les ve como personas, sino como familia. No hay interés por eliminar sus problemas, como reducir su jornada de trabajo, que es de 14 a 18 horas; que no sean víctimas de violencia, combatir sus enfermedades y otras necesidades.

La Secretaría de la Reforma Agraria, por medio del programa de la mujer del sector agrario, ha estimulado la organización de las mujeres. De 2004 a 2009 recibió 60 mil 302 proyectos, de los cuales sólo respaldó 23 mil 849 con 3.5 mil millones de pesos para beneficio de 174 mil 692 socias. Es un plan pequeño, que tiene un límite de 125 mil pesos de respaldo por proyecto. Es el beneficio más directo al que tienen acceso.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en el estudio Perfil del México rural, apunta que la fuerte migración de los jóvenes ocasionó la feminización de la población rural, principalmente en Nuevo León, Zacatecas, Tamaulipas, Jalisco, Durango, San Luis Potosí, Oaxaca, donde las remesas se han convertido en fuente de ingreso de los hogares.

LOS VENEROS DEL DIABLO

Francisco Gómez Maza

  • Cobraron la vida de líder ambientalista en Chiapas
  • Las mineras canadienses, destructoras de la vida

La minería es una actividad que se conoce desde hace muchos siglos, y que sirve para sacar diversos materiales que se encuentran debajo de la tierra. Dentro de estos materiales están los metales, entre los que destacan por su valor y utilización el oro, la plata, el cobre, el aluminio, el estaño, el níquel, el uranio y muchos más. Tradicionalmente esta riqueza natural se ha explotado cavando largos túneles en la tierra, hasta encontrar las vetas del metal que se va sacando con pico y pala. Este tipo de minería no representa daños ecológicos ni a la salud de la población; solamente ha sido peligroso para los trabajadores, tanto por el riesgo de derrumbes en los túneles como por distintos gases subterráneos que son venenosos.

Pero en la actualidad las empresas transnacionales han modernizado sus formas de explotación, para sacar los metales más rápido y a menor costo. Para ello, utilizan los métodos de "Tajo a Cielo Abierto" y "Túneles", además de la llamada "Lixiviación", la cual constituye una de las actividades más contaminantes del mundo y más dañinas para la salud de las personas.

Este método está prohibido en todos los países ricos, por lo que las empresas mineras buscan países pobres que tienen gobiernos débiles y corruptos, como el que tenemos en México, para que les den los permisos necesarios. De acuerdo con los investigadores del Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria (CIEPAC), éste es el grave peligro que hoy tiene encima el pueblo de Chiapas y sus ecosistemas.

La Secretaría de Economía federal, en complicidad con el gobierno estatal, Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y Profepa (Procuraduría Federal para la Protección del ambiente) han dado más de 50 permisos de exploración y explotación minera que abarcan 550 Mil Hectáreas en 29 municipios, a las transnacionales canadienses "Linear Gold Corp", "Fronteer Development Group", "Radius Gold" y Kinross Gold, principalmente.

Los gobiernos federal y estatal han violado leyes agrarias, de salud y ambientales, así como los Derechos Humanos de la población afectada, y acuerdos internacionales como el Convenio 169 de la OIT. Las autoridades han ocultado todo esto, por lo que nada de ello saben la mayoría de los dueños de ésas 550 Mil hectáreas, que en su mayor parte son propiedad ejidal y comunal. Igualmente se ignora que este grave problema amenaza a miles de poblados que, aunque están alejados, reciben agua envenenada a través de los ríos.

El método más barato y rápido para los metales es el de "Tajo a Cielo Abierto". Primero talan todos los árboles de la zona para que no estorben. Luego, cada día usan grandes cantidades de dinamita u otros explosivos, para volar los cerros y convertirlos en piedras de distintos tamaños.

Las mineras, los gobiernos cómplices y sus instituciones corruptas como Semarnat y Profepa, dicen que no existe peligro, ya que el cianuro, que emplean para la explotación, se degrada con la luz del sol y el oxígeno.

Sin embargo esto no es cierto por varias razones: Las minas trabajan las 24 horas, por lo que descargan cianuro de noche en "Diques de Cola" y "Escombreras". Al no haber luz de sol a esas horas, antes de que el cianuro se degrade, va reaccionando con otros elementos de la naturaleza, creando diversos compuestos químicos igualmente tóxicos, que quedan ahí a la intemperie. Las personas y animales pueden envenenarse con cianuro.

El resultado más común es la muerte, pero si el contacto es con cantidades demasiado pequeñas de cianuro, los daños principales son en el cerebro, corazón, glándula tiroides, aparatos respiratorio y motriz, provocando también alteraciones en la sangre. Uno de los impactos más terribles que ocasiona este método de minería es que puede acabar con toda el agua limpia de una región entera.

El primer problema que trae la minería es división y conflictos sociales comunitarios. Esto sucede porque en el campo, que es donde se hallan los recursos minerales, existe mucha ignorancia ya que el gobierno burgués nunca ha querido dar educación al pobre. Eso lo aprovechan las empresas mineras y sus cómplices del gobierno, para ofrecerle a la gente una serie de promesas falsas que unos sí creen y otros no.

Entre junio y julio Mariano Abarca Roblero, activista y miembro de la REMA (Red Mexicana Antiminería), encabezó un plantón, con el apoyo del Frente Cívico de Chicomuselo, para impedir el paso de maquinaria y camiones de la empresa minera Blackfire hacia el ejido Grecia, municipio de Chicomuselo, donde realizan la explotación de barita y otros minerales. El resultado de este plantón fue rápido por parte de esta empresa, ya que ponía en juego sus grandes y jugosas ganancias.

La empresa Minera Blackfire amenazó de muerte a Mariano, por lo que éste pidió la protección de la justicia. El 22 de julio, en un mitin, frente a la embajada de Canadá en la ciudad de México, que organizaron integrantes del Frente Amplio Opositor a Minera San Xavier New Gold, Abarca Roblero alertó sobre los graves daños que provocaría esta empresa canadiense, no sólo en Chiapas, sino en Tabasco y esteros del Golfo de México. Sobre todo porque lanzarían químicos como el cianuro y otros químicos en la cuenca del Grijalva, que discurre por los valles centrales de Chiapas y que continúa hacia Chiapa de Corzo, Tuxtla Gutiérrez, para seguir hacia Villahermosa, Tabasco y desembocar en el Golfo de México.

A principios de agosto del 2009, la Empresa Canadiense interpuso una demanda en contra de Mariano Abarca Roblero, por los delitos de asociación delictuosa, delincuencia organizada, ataques a las vías de comunicación, daños al patrimonio de la colectividad y de Estado. Elementos del cuerpo de seguridad del estado de Chiapas lo detuvieran sin ninguna orden, y lo pusieron a disposición de las autoridades correspondientes, sin mediar delito alguno, y por la presión de las movilizaciones de varias organizaciones, automáticamente alcanzó su libertad, estando arraigado del 17 al 25 de agosto del 2009, en Tuxtla Gutiérrez.

Mariano continuó con la lucha por defender a la madre naturaleza y su territorio hasta que el viernes 27 de noviembre del 2009, llegaron dos sujetos en una motocicleta, y uno de ellos le disparó a quemarropa. Desde esas horas en queMariano Abarca fue asesinado, la empresa canadiense Blackfire retiró todas sus maquinaria más ligera del municipio, y sólo dejó las más pesadas, y sus oficinas rentadas en el municipio han permanecido cerradas; no se ha visto a los trabajadores que andan generalmente en las calles en camionetas de la empresa.


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El Ronco Robles

Miuel Concha

La Jornada, ENERO 9 DE 2010.

El martes amanecimos con la triste noticia del inesperado fallecimiento del sacerdote Ricardo Robles Oyarzun, incansable promotor y defensor de los derechos indios –lo cual lo llevó a formar parte como asesor de los indígenas en los diálogos de concordia y pacificación de San Andrés Larráinzar, Chiapas, en la década de los 90–, amigo y colaborador de este diario, y a quien conocíamos como El Ronco Robles, por su habitual tono de voz.

El subcomandante Marcos expresó en una ocasión que lo contaba en la lista, por cierto corta, de los que veían y oían la parte en la que los zapatistas miran la realidad hacia adentro. Tenía 72 años de edad y había cumplido 38 años como misionero jesuita, evangelizado por los indios, en la sierra tarahumara, adonde llegó por primera vez hace 45 años. Sus textos sobre los rarámuris son referentes indispensables para todos los estudiosos de antropología y quienes quieran conocer mejor esa etnia.

El día anterior lo encontraron muerto a mediodía sobre su computadora en su casa de Sisoguichi, Chihuahua, víctima de un infarto al corazón. Alfredo Zepeda, coordinador del Comité de Derechos Humanos Sierra Norte de Veracruz, en Huayacocotla, expresó bien ese día a sus hermanos jesuitas en un correo el significado y la trascendencia de la partida de El Ronco: “Llegó por él el Dios de los rarámuris a la una y media de la tarde, sin avisar y ahorrándole enfermedad y dolores, agradecido el Dios de todo lo que El Ronco le ayudó para mantener este mundo con pinos en las montañas y con justicia para los pueblos. Lo extraña el pueblo rarámuri del que aprendió la vida verdadera para poder vivir la eterna. También los náhuas, los tzotziles, los tzeltales, los choles, los wixaritari, los tepehuanes y los tojolabales, los otomíes y los tepehuas. También el Congreso Nacional Indígena y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional”.

Y ese mismo día la organización servicios del Pueblo Mixe, con la que El Ronco promovió entre otras cosas desde 2004 la Universidad Intercultural Ayuuk, en Santa María Alotepec, Oaxaca, le deseó buen camino en El Correo Ilustrado de La Jornada:Queremos desearte buen camino al lugar de nuestros abuelos, de nuestros sabios; tú, que supiste encarnar en nuestras vidas y nutriste nuestras aspiraciones, animaste nuestras luchas y acompañaste los sinsabores de nuestra pobreza y marginación, tienes un lugar ahí, desde donde nuestros más antiguos vigilan la existencia de nuestras comunidades y pueblos indígenas.

El Ronco nació en San Luis Potosí en 1937. Ingresó al noviciado de los jesuitas en México en 1956. Fue ordenado sacerdote en 1969 en su ciudad natal y se comprometió definitivamente como religioso con la Compañía de Jesús en 1974. Estuvo tres años como promotor de pastoral social y vida religiosa en Ciudad Nezahualcóyotl, pero la mayor parte de su actividad pastoral la desarrolló en las comunidades indígenas de Norogachi, Pawichiki, Tewerichi y Sisoguichi, desde donde editaba la revista Kwira, que él fundó, y cuya publicación cumple ahora 25 años de difusión. Al morir estaba también encargado de la editorial de la diócesis de la Tarahumara. Sus escritos han sido publicados en diversas revistas y medios especializados en cuestiones indígenas, derechos humanos y teología.

Los lectores de La Jornada pudieron disfrutar en muchas ocasiones sus artículos, escritos siempre con gran lucidez y pasión por la justicia, amor a los indios, en un lenguaje que no se andaba por las ramas. En un artículo que publicó hace ya casi un año, que significativamente tituló Las admirables candelas de los indios, confesó que los comandantes zapatistas lo habían rescatado del cerco que cerraba sobre todos aquel estrecho y cínico pragmatismo económico neoliberal del gobierno durante los diálogos de San Andrés (que lamentablemente sigue vigente). Y que también había rescatado su libertad para asombrarse, azorarse y admirarse durante la otra campaña, al contemplar a los zapatistas por el norte desértico del país, de quienes por cierto también reconocía “errores, limitaciones, defectos…”, ofreciendo su diagnóstico del país, sus rumbos de esperanza, su convocatoria para caminar juntos las luchas de todos, solidariamente. Y premonitoriamente añadía: “El zapatismo éste, de hoy, no es la única candela que nos queda encendida. Aunque los gobiernos, y tras de ellos los poderes de facto, pretenden cubrir sus crímenes con el silencio, la oscuridad y el olvido, los muertos siguen su trabajo, cuidan sus luchas, para que no mueran con ellos. Y sus protestas, sus utopías, sus consignas, andan vivas en verdad”.

Sin duda alguna, añadía, y más allá de sus limitaciones humanas, los mártires de Acteal y la sociedad civil Las Abejasson admirables, ejemplares, candelas en esta noche que cierra más cada día. Y en un artículo sobre las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia, a propósito de la masacre de Acteal, que de modo significativo tituló Ya lo sabíamos, y publicó apenas el 29 de agosto pasado, escribió: La Corte tenía que colocar y soldar el siguiente eslabón de una cadena de injusticias de casi 12 años, extender cartas de impunidad a los que convenía que las recibieran, liberar de ese peso a las actuales y antiguas autoridades, abrir los espacios para el libre comercio de lo que los indios son y tienen, y para ello atemorizar, amenazar y humillar tácitamente. Tenía que dar el golpe y esconder la mano. Ya lo sabíamos.

jueves, 7 de enero de 2010

Un viaje al corazón del México Profundo

Oaxaca

Nota: Los que participamos en los trabajos del CONGRESO AUTONOMO CUICATECO (CAC), y en el CENTRO DE ESTUDIOS DE LA CULTURA Y REGION CUICATECA (CEREC), manifestamos nuestro orgullo por lo que Andrés Manuel López Obrador escribe acerca de los oaxaqueños como resultado de su recorrido por los municipios y comunidades oaxaqueñas que se rigen por “usos y costumbres, por lo que decidimos publicar en nuestros blogs dicho documento publicado en el diario La Jornada en el mes de diciembre de 2009. Mas sin embargo, discernimos en varios aspectos del documento, porque los pueblos indios en Oaxaca y en todo el mundo es efectivamente el Comunitarismo y el Derecho Mayor lo que los ha llevado a sobrevivir hasta la fecha y los partidos políticos incluido el PRD, son quienes han tratado de medrar con su pobreza y de la situación en la que se encuentran, por lo que el recorrido de López Obrador lo que busca es allegarse votos para las elecciones de gobernador en este 2010 y nada más, porque de la preservación de los grupos indios, del respeto y apoyo a su cultura y tradiciones políticas y sociales no hay ninguna propuesta al respecto.


Andrés Manuel López Obrador

Periódico La Jornada
Lunes 7 de diciembre de 2009, p. 9

En marzo de este año concluí mi recorrido por los 2 mil 38 municipios de régimen de partido del país, con ese motivo elaboré un texto llamado El país desde abajo: Apuntes de mi gira por México. El 20 de noviembre terminé de visitar los 418 municipios indígenas, de usos y costumbres, del estado de Oaxaca; y ahora hago este relato para compartir mis reflexiones y, al mismo tiempo, rendir homenaje al gran antropólogo social Guillermo Bonfil Batalla, defensor del México profundoy creador de ese concepto.

Desde finales de julio viajé por las ocho regiones de Oaxaca: la Mixteca, la Cañada, el Papaloapan, la Sierra Norte, la Sierra Sur, la Costa, el Istmo y los Valles Centrales. Durante este tiempo sólo estuve en la ciudad de México los lunes porque, de martes a domingo, iba a Oaxaca. Por lo general tomaba como base una ciudad o pueblo grande, situado estratégicamente, y de allí me desplazaba a diario para llevar a cabo asambleas informativas en municipios cercanos. Salía muy temprano en la mañana, celebrábamos en promedio seis reuniones y regresaba por la noche. En total, recorrí 25 mil kilómetros, la mayor parte de terracería.

Aunque hubo algunos incidentes –casi todos provocados por órdenes de Ulises Ruiz Ortiz a través de sus delegados de gobierno regionales, una especie de jefes políticos del Porfiriato–, en todos lados nos recibieron con bandas de música y nos trataron con respeto y afecto. Me dieron la confianza al entregarme bastones de mando, de investirme con camisas de tatamandón, me pusieron coronas y collares de flores y, como es propio de esta gente buena y generosa, me regalaron tortillas, totopos, panes, quesos, miel, chiles, frutas, café, chocolate, mezcal, sombreros, huaraches, petates, jorongos, paños, vestidos bordados, tapetes, cerámicas, pinturas, alebrijes y esculturas.

Podría contar muchas cosas extraordinarias que apunté en mi diario acerca de cada uno de los pueblos, pero sólo me ajustaré a tratar en cuatro capítulos esta gran experiencia: la cultura, la pobreza, el mal gobierno y las posibilidades de un cambio democrático verdadero con una propuesta de desarrollo y bienestar.

La Cultura

Contrario a la mala costumbre de hablar de la cultura siempre al final, en este caso, definitivamente no es posible. Si la realidad nacional no se entiende a cabalidad sin tomar en cuenta la idiosincrasia de los pueblos, menos podría comprenderse lo que sucede en Oaxaca sin partir de su gran riqueza cultural.

El de Oaxaca es uno de los pueblos más cultos del mundo. En esta porción del territorio nacional se conservan valores, costumbres, tradiciones comunitarias, lenguas y organización social, heredadas de la gran civilización mesoamericana.

La pregunta obligada es por qué en Oaxaca, más que en otras partes del país, se ha podido preservar tan viva la cultura originaria. Aunque la respuesta amerita un amplio estudio antropológico y, desde luego, ese no es mi propósito, sí puedo plantear algunas hipótesis sobre los factores que hicieron posible esta continuidad a través de los siglos. Debe considerarse que, al momento de la invasión europea, los pueblos de Oaxaca mantenían un alto grado de desarrollo; que la colonización fue menos brutal que en otras regiones del país, entre otras cosas, por la poca relevancia que alcanzó la minería, que implicaba una mayor sobrexplotación del indígena en los lugares donde abundaban los metales preciosos. También pudo haber ayudado que en vez de la esclavitud, se impusiera el sistema de encomienda, que significaba pagar una renta o tributo al conquistador, pero sin que perdiera la comunidad el dominio sobre las tierras. Tal vez pudieron haber influido otras causas como el hecho de que la evangelización estuvo a cargo, fundamentalmente, de los dominicos, más respetuosos de los derechos indígenas. Y es muy probable que haya sido decisiva la resistencia de los pueblos ante la dominación colonial.

Lo que sí sabemos es que en Oaxaca, como en ningún otro estado del país, desde hace 500 años, los pueblos han mantenido la posesión de las tierras. A diferencia de otros lugares, no predominaron las haciendas con peones acasillados. Pese a los cambios que se registraron después de la Independencia, la Reforma y la Revolución, en la práctica, no se modificó la estructura agraria. Como consecuencia, actualmente es el estado con más propiedad social. De los 9 millones 400 mil de hectáreas de su territorio, 62 por ciento son tierras comunales, 23 por ciento son ejidos y sólo 15 por ciento propiedad privada.

De modo que a pesar de la dominación occidental, la posesión de la tierra a lo largo de la historia ha sido un factor decisivo en la conservación de la cultura de los pueblos. El control del territorio no sólo ha permitido la subsistencia sino sostener una relación de armonía con la naturaleza, mantener la medicina tradicional y conservar ceremonias, mitos y leyendas. Hay que tener en cuenta que los indígenas no conciben la tierra como una mercancía; es mucho más que eso: es la vida misma y el centro del universo.

Hoy, a pesar del proceso de aculturación o desindigenización impulsado por la ideología y el racismo dominantes, existen 16 grupos étnicos: zapotecos, mixtecos, huaves, mixes, chinantecos, cuicatecos, amuzgos, chatinos, chochos ixcatecos, mazatecos, chontales, nahuas, triquis, zoques, popolocas, además de los afromexicanos de la región de la Costa. En total, hay cerca de dos millones de indígenas, que representan 60 por ciento de la población del estado.

Cada pueblo tiene características culturales particulares y expresiones lingüísticas diferentes. Por ejemplo, los zapotecos viven en la Sierra Norte, la Sierra Sur, los Valles Centrales y el Istmo de Tehuantepec, con diferencias culturales muy acentuadas. En la misma Sierra Sur es diferente el zapoteco que hablan los pueblos de Ozolotepec que el utilizado en la zona de Los Loxichas.

En general, se practica el trabajo colectivo y funciona el gobierno comunitario. En casi todos los pueblos la gente coopera y aporta tequio en beneficio de la comunidad. Todos aceptan participar en jornadas de trabajo para la construcción y mantenimiento de caminos, la edificación de escuelas, la reparación de templos y la reforestación de los bosques, entre otras actividades. En este mundo prácticamente no existe la noción del salario. Prevalece la ayuda mutua (la gozona), todo se retribuye sin dinero de por medio. Inclusive, todavía en algunas partes, el mercado se realiza a través del trueque.

En cuanto al gobierno de los pueblos es la asamblea comunitaria el órgano de decisión más importante. Ahí se elige a las autoridades que duran en su encargo entre uno y tres años. Los funcionarios no cobran. Hay un auténtico servicio civil de carrera. Se empieza desde joven como topil o policía, luego se va ascendiendo a teniente, comandante, mayor de vara, regidor de educación, de obra pública, de hacienda, hasta llegar a alcalde, síndico y presidente municipal. Al concluir sus cargos pasan a ser caracterizados, a formar parte del Consejo de Ancianos o Tatamandones. Todos los miembros de un pueblo tienen el deber de servir a la comunidad. Si son elegidos para cargos administrativos o como mayordomos en fiestas patronales, se les llama y tienen que cumplir, no importa que trabajen en el extranjero o en otra parte de la República.

La aceptación de estas normas es lo que les permite mantenerse como miembros de la comunidad y, al mismo tiempo, significa la posibilidad de la realización personal. La participación voluntaria es posible porque existe la convicción de que lo más importante es la convivencia colectiva. No domina el individualismo; la persona no vale por lo que tiene o por los bienes materiales que acumule sino por el prestigio que logra después de probar su vocación de servicio, su rectitud y el amor a sus semejantes. La autoridad, en el sentido amplio, se adquiere cuando una persona ha desempeñado todos los cargos del escalafón hasta llegar al más alto: es entonces cuando ingresa al grupo de los principales y obtiene el mayor grado de respeto o reconocimiento.

Es tan profundo y satisfactorio vivir de esta manera, que un migrante hace todo lo posible por regresar periódicamente a su comunidad y no hay oaxaqueño que no mantenga la ilusión de volver, algún día, a su pueblo. A la fiesta religiosa llegan de distintas regiones del país y del extranjero para reafirmar su identidad en un ambiente de auténtica fraternidad.

Aunque en todas partes se mantiene un gran orgullo por la cultura y la historia, en particular, recuerdo lo que me expresaron mixes de Totontepec acerca de que gracias a sus valores y a su organización comunal nunca se había registrado ningún asesinato; o la manera tan solemne con que me explicaron su sistema de gobierno los chinantecos de Pedro Yólox; o la importancia que tiene para los mixtecos de Santiago Nuyoo el reconocimiento oficial a José Remigio Sarabia, el Indio de Nuyoo, a quien un párroco le quitó a su mujer y se la llevó a Huajuapan. Al salir a buscarla, se enroló en las filas independentistas, cobrándose la afrenta y prestando el servicio de ir por Morelos a Chilapa, Guerrero, para que les ayudara a romper el sitio realista y liberar a Huajuapan.

La portentosa cultura de los pueblos de Oaxaca está llena de valores. Existe una profunda vocación por el trabajo, hay creatividad, bondad y respeto a las mujeres, a los ancianos y a los niños. Algo que no se sabe es que los pueblos de Oaxaca son de los más limpios de México. En todos lados, hasta en los caminos, hay recipientes, cubetas, costales, cajas o bolsas amarradas a palos para depositar la basura. Hay letreros para no contaminar los ríos y arroyos con detergentes o fertilizantes químicos. Además es un pueblo con mucha conciencia ecológica, como se refleja en un fragmento de un escrito que me entregaron zapotecos de San Pedro Mixtepec, en el distrito de Miahuatlán:

“Nuestro pueblo está situado bajo las montañas. En la actualidad cuenta con gran extensión de bosques vírgenes. Una laguna está sobre la montaña, aproximadamente a 3mil 700 metros sobre el nivel del mar, desde tiempo inmemorial, nuestros abuelos la conocían con el nombre de ‘La Laguna Encantada’. En ella viven los ‘mitos y ritos de nuestro pueblo’. Además, cerca de ahí está el lugar de ‘pedimento’. Para nosotros allí está nuestra vida, está la plenitud, está la presencia de ‘Dios’. Por todo esto, nuestros ancestros nos legaron el territorio que nos corresponde en el presente y en el futuro. Sabemos bien que la tierra es nuestra madre, ella nos proporciona todo para la vida. La tierra es el sostén de toda la naturaleza, por esta razón no debemos desnudarla, quiere decir: no talar el bosque inmoderadamente ni provocar incendios. En cambio, si actuamos de manera razonable, estamos conservando un espacio para que las futuras generaciones vivan con dignidad y autonomía”.

En suma, en Oaxaca hay una gran reserva moral y cultural para la regeneración del país. Así como en las comunidades se conservan semillas orgánicas y variedades de maíz que forman parte de la gran riqueza genética de México, allí también existe un modo de vida alejado de la ambición, de la codicia y del odio. Por ello, estoy convencido de que es posible enfrentar la actual decadencia tomando en cuenta los valores del México profundo; es decir, con una modernidad forjada desde abajo y para todos.

El pueblo de Oaxaca ha podido sobrevivir por su cultura. De ella emanan su mística de trabajo, su talento y sus fuertes relaciones familiares y comunitarias. Les ayuda su vinculación con la tierra y el mantener una economía de autoconsumo, sustentada en la producción de maíz, frijol y aves de corral, así como el cultivo del café, el aprovechamiento de los bosques, el tejido del petate y del sombrero, las artesanías y otras actividades. En las ciudades del país, en los campos agrícolas del norte y en el extranjero, es muy apreciada su creatividad y su fuerza trabajo. En Estados Unidos los mixtecos se han ganado a pulso la fama de ser de los mejores obreros del mundo.

El oaxaqueño es un pueblo ejemplar; a pesar de la aridez y lo abrupto de su territorio, de la falta de empleos y del abandono gubernamental, se ha abierto paso y salido adelante, enfrentando todo tipo de adversidades. En sus comunidades lo que existe lo han hecho ellos mismos. Todo lo que uno ve al llegar a un pueblo (las calles, la plaza, el templo, el palacio municipal, las infaltables canchas de básquetbol) se ha construido con el esfuerzo de la gente; es fruto de la cooperación y del tequio.

La ayuda del gobierno estatal es prácticamente nula y los apoyos federales son muy escasos. Por ejemplo, en la ciudad de México todos los adultos mayores de 68 años tienen derecho a una pensión de 822 pesos mensuales, con un presupuesto de 4 mil 225 millones de pesos, mientras en Oaxaca, el programa de 70 y más no es universal y sólo garantiza 500 pesos al mes a quienes viven en poblaciones de menos de 30 mil habitantes, con una inversión anual de alrededor de mil millones de pesos.

Por el abandono del gobierno, Oaxaca es el estado con más pobreza y marginación en el país. Y en estos tiempos lo están resintiendo más. Partamos del hecho de que la gente tiene tres fuentes fundamentales para el sustento: la economía de autoconsumo, los apoyos gubernamentales y el dinero que proviene de la migración.

En el primer caso, lo principal es el cultivo del maíz. Esta bendita planta es lo que asegura que no falten los alimentos básicos, entre otros, la tortilla que se complementa con frijol, chile, nopal y permite paliar el hambre. Sin embargo este año, por el retraso de las lluvias, se perdieron las cosechas y han tenido que comprar el maíz.

La ayuda con recursos públicos para enfrentar la pobreza se limita al Programa Oportunidades –apoyo alimentario, energético y educativo– y al de adultos mayores, con una inversión global de 4 mil 157 millones de pesos. En general, las familias beneficiadas obtienen alrededor de 20 pesos diarios. Por último, la tercera fuente de ingresos son las remesas que en 2009 han disminuido alrededor de 18 por ciento, debido a la crisis económica en Estados Unidos y en nuestro país. El año pasado, por este concepto se recibieron en Oaxaca mil 456 millones de dólares y en el actual se estima que apenas se obtendrán mil 194 millones de dólares. Es decir, 262 millones de dólares menos, el equivalente a todo lo que se destina al Programa Oportunidades. A esta difícil situación habría que agregar la carestía de la vida provocada por los aumentos en los precios del maíz, frijol, arroz, aceite, azúcar y otros artículos de primera necesidad.

En mis recorridos pude constatar de cerca esta amarga realidad. Me partió el alma ver a hombres llorando cuando me expresaban la difícil situación que padecen y el abandono en que se encuentran. Todavía tengo fija la imagen de una mujer en San Miguel Huautla, en la Mixteca que, con esa serenidad escrupulosa de la gente que vive en la pobreza, me dijo que se le mueren sus manos de tanto tejer sombrero para sólo recibir 5 pesos diarios. Y de otra mujer zapoteca, morena, seria, con un marido inválido, en San Juan Lachigalla, que me encaró con firmeza cuestionándome que cómo le hacían si no cosecharon nada por la falta de lluvia y no tenían qué comer. Me dejó pensando largo tiempo y sólo alcancé a decir en mis adentros que precisamente ésta es la razón principal de nuestra lucha.

Es tanta la marginación de Oaxaca que hay pueblos que no cuentan con servicio telefónico. En el 95 por ciento del territorio de Oaxaca no hay cobertura para celular. Es el estado del país donde más me han pedido ayuda para gestionar la instalación de teléfonos públicos y domiciliarios. Por eso, desde San Miguel Piedras hice un llamado con este propósito a Carlos Slim, dueño de Telmex.

Si es impresionante el hecho de que en sólo 5 por ciento del estado funcionen los celulares, asombra aún más el mal estado de los caminos. Un dato: de los 570 municipios de Oaxaca, 290 no tienen camino pavimentado a sus cabeceras municipales. Me tocó transitar por terracerías donde se va a vuelta de rueda. Por ejemplo, para llegar a Amoltepec, que está a 350 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, hicimos nueve horas de viaje.

En materia de salud también la constante es el abandono. Hay municipios sin médico y aunque en las cabeceras haya clínicas de primer nivel, los médicos sólo trabajan de lunes a viernes y en todas partes se carece de medicamentos. Escuché en distintas regiones la queja de que, por los malos caminos, los enfermos mueren cuando son trasladados a un hospital. Por ejemplo, en Choapam denunciaron que el hospital más cercano está a 5 horas de distancia, en Tlacolula. Es notoria falta de atención médica a niños con desnutrición y a mucha gente con padecimientos generados por la pobreza y enfermedades crónico-degenerativas como insuficiencias renales, diabetes y otras, que requieren medicamentos y tratamientos permanentes. También es triste constatar el desamparo en que se encuentran niños y adultos que padecen de alguna discapacidad y no cuentan con ningún tipo de apoyo. Aquí hago un paréntesis para señalar que hay un buen número de médicos jóvenes, mujeres y hombres, con sensibilidad social. Me los encontré en municipios muy apartados y ante la falta de infraestructura, equipo y medicinas, hacen lo que pueden con mucha entrega.

En cuanto a la educación, a pesar del esfuerzo de alumnos y maestros, es notable el rezago. Las escuelas están abandonadas, con techos en malas condiciones, faltan pizarrones, mesa-bancos, hay aulas construidas con materiales precarios. Y lo más lamentable es que muchos niños y adolescentes caminan hasta dos horas para asistir a la escuela y casi todos llegan sin desayunar.

Hay infinidad de escuelas comunitarias en pequeñas localidades donde uno o dos maestros imparten los seis grados. En San Francisco Huehuetlán, en la sierra Mazateca, la maestra de la telesecundaria me contó que al inicio del curso tenía 40 alumnos de tercer grado y calculaba que apenas 20 terminarían porque muchos abandonan la escuela para ayudar a sus padres en el campo e, inclusive, algunos emigran desde esa edad. En San Juan Tepanzacoalco, agencia del municipio de San Pedro Yaneri, en la Sierra Juárez, de 20 estudiantes que egresan de la secundaria, sólo dos continúan sus estudios de bachillerato porque la prepa está en Ixtlán, a cinco horas en camioneta de tres toneladas. Y así es en todas partes. Sin embargo, también debo decir que muchos estudiantes de familias muy pobres están estudiando becados en Chapingo, una universidad que, precisamente por eso, es admirable y ejemplar.

También hay muchos problemas agrarios, sobre todo por disputas de límites entre comunidades, que han sido desatendidos e incluso provocados, tanto por las autoridades estatales como por la secretaría de la Reforma Agraria. En varios de ellos han perdido la vida muchos campesinos. Uno de los conflictos más graves es el que tiene Amoltepec con otros municipios vecinos. Ahí han muerto personas de distintos pueblos sin que intervenga ninguna autoridad para conciliar y buscar acuerdos. Lo contrario ocurrió entre Teojomulco y Texmelucan donde, básicamente, por la voluntad de la gente, en 2005 se logró la solución de un litigio agrario de 80 años, que había dejado un saldo de 450 muertos de ambos lados. En la asamblea que tuvimos en Teojomulco, felicité a los habitantes de esos pueblos por su disposición a aceptar un arreglo que los libró de seguir viviendo en un ambiente de violencia. El presidente municipal de Teojomulco fue uno de los principales promotores, a pesar de que le asesinaron a su hermano y a otros familiares. De modo que hasta en estos casos tan complejos se pueden encontrar soluciones pacíficas.

Además de la desatención, de la pobreza y de la marginación, los pueblos de Oaxaca son víctimas de fraudes y todo el tiempo tienen que estar defendiendo sus tierras y sus recursos naturales. Es doloroso saber que el dinero logrado con el trabajo de migrantes es arrebatado por dueños de cajas de ahorro que, de la noche a la mañana, desaparecen sin ninguna posibilidad de que se haga justicia. Este problema me lo plantearon, sobre todo, en la mixteca, en Santa Cruz Nundaco y en Santos Reyes Tepejillo.

A ello debe sumarse el acecho constante de empresas nacionales y extranjeras que buscan explotar minerales y construir presas, despojando a las comunidades, destruyendo el territorio y dañando el medio ambiente. En muchas partes, los pobladores desconocen que a partir de las reformas al artículo 27 Constitucional y a la Ley Minera, impulsadas por Salinas y por Fox, se han concesionado a particulares 25 millones de hectáreas del territorio nacional para la explotación en especial del oro, la plata y el cobre. En el caso de Oaxaca se han entregado 335 concesiones a particulares para enajenar un millón 191 mil hectáreas, es decir, 12 por ciento del territorio del estado.

Como es obvio, al llevarse a la práctica esta política privatizadora, de pillaje, se originan graves conflictos entre las empresas mineras y los dueños originarios de las tierras ejidales y comunales. En muchos pueblos de Oaxaca ya se están padeciendo presiones para consumar el despojo de estos recursos naturales del pueblo y de la nación. Y como en otras partes, el gobierno estatal se ha puesto abiertamente del lado de las empresas extranjeras, forzando, amenazando, chantajeando e, inclusive, reprimiendo las manifestaciones de inconformidad. Por ejemplo, en Zaniza quieren explotar un mineral en contra de la voluntad de la comunidad. Y por casualidad, desde hace tres meses no hay médico y el centro de salud está cerrado. En San José del Progreso, donde empresas canadienses están operando, en mayo pasado, los pobladores fueron reprimidos con brutalidad por la policía del estado. Este mismo ambiente de tensión se percibe en los municipios de Tututepec, Zenzontepec, Ixtayutla y Tataltepec de Valdés, en la sierra Sur, porque se pretende construir en el río Verde, con inversión extranjera, la presa Paso de la Reina. En esta zona hay un movimiento de varios pueblos decididos a no permitir que se inunden sus tierras y desaparezcan sus comunidades.

En suma, los pueblos de Oaxaca están viviendo uno de los tiempos más difíciles de su historia milenaria. Padecen de pobreza, abandono, marginación y despojo de sus bienes y recursos naturales. Y sin embargo, por su cultura e inquebrantable resistencia, mientras dure el mundo, nunca perderán su gloria y su grandeza.

El caso de Oaxaca es muy ilustrativo de la crisis política nacional; de cómo existe un divorcio entre los valores, los sentimientos y las necesidades del pueblo y los intereses de la llamada clase gobernante. El pueblo oaxaqueño es extraordinario, pero padece de un gobierno mediocre, autoritario y corrupto. Es un pueblo de primera con un gobierno de quinta.

Este mal viene de lejos pero, en los últimos tiempos, los gobernantes de Oaxaca han involucionado hasta degenerar en la persona de Ulises Ruiz, el más déspota y mendaz de todos. El desprecio de este gobernante a su pueblo ofende la memoria de oaxaqueños ilustres como Benito Juárez, el mejor presidente de México, o de Ricardo Flores Magón, el luchador social más culto e íntegro en la historia de nuestro país. Ulises convirtió el palacio de gobierno, donde despachó Juárez, en salón de fiestas (se alquila para bodas de gente pudiente del país). Y tengo documentado que nunca ha ido a 368 de los 570 municipios que hay en la entidad.

El poder en Oaxaca no se ejerce en beneficio del pueblo, se usa para imponer una política de despojo y mantener un régimen de opresión. No hay planeación ni programa de desarrollo. El gobierno no apoya a indígenas ni a campesinos. Nada hace por los productores de granos básicos, agave, café, piña, cítricos y ganado. Tampoco ayuda a migrantes, pescadores, músicos, artesanos, comerciantes ni a pequeños y medianos empresarios. No hay ninguna acción en beneficio de los pobres, excepto la entrega de despensas y materiales de construcción en temporada electoral.

Oaxaca es ejemplo de lo que sucede en casi todos los estados del país. En apariencia, hay división y equilibrio entre los tres poderes constitucionales pero en la práctica los titulares de los ejecutivos locales actúan como caciques o señores feudales. El gobernador concentra todos los poderes: el Legislativo y el Judicial están completamente subordinados. Ulises Ruiz, con el aval del Congreso local y apoyado en sus delegados regionales de gobierno, pone y quita a las autoridades municipales.

A pesar de la resistencia de los pueblos, nombra administradores que malusan el presupuesto municipal. Actualmente, por esta causa, hay conflictos en Santa María Ozolotepec, San Pedro Jocotipac, Santa María Temascaltepec, Santa Catarina Mechoacán, San Luis Amatlán y Candelaria Loxicha, entre otros.

El presupuesto estatal se maneja en forma patrimonialista. Se usa para comprar conciencias, lealtades y votos. Todo está enfocado a la realización de obras públicas porque ésta es la fuente principal de la corrupción. Un grupo reducido de compañías vinculadas a los funcionarios acapara los contratos con todo lo que ello implica: sobornos, ineficiencias y construcciones de mala calidad. El caso más emblemático es el desastre en la pavimentación de caminos.

Existe un organismo estatal, Caminos y Aeropuertos de Oaxaca (CAO), que maneja fondos federales de manera irregular, con la complicidad de la Comisión Nacional para Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI). Cuando las autoridades de usos y costumbres solicitan que les entreguen el presupuesto asignado para ese fin, los funcionarios estatales les niegan los recursos, pretextando que no tienen capacidad técnica y operativa, como si los herederos de los constructores de Monte Albán o Mitla o de quienes levantaron los grandes conventos dominicos en la Colonia y que actualmente están considerados como los mejores trabajadores del mundo, no pudieran hacer un simple camino.

En todas partes se quejan de desviaciones de fondos, de obras no iniciadas o inconclusas, de costos inflados y de caminos recién asfaltados que ya se están destruyendo. Ejemplos: en Tlacotepec Plumas desde hace cuatro años el pueblo entregó la parte que le correspondía para la pavimentación de la carretera, pero ésta sólo ha llegado a Concepción Buenavista. En San Juan Teitipac se tendió el pavimento hace apenas cuatro años y ahora ya es de nuevo terracería. Lo mismo sucedió en Ixtlahuaca y en Santa Cruz Itundujia. El presupuesto del camino de Peñasco a San Juan Mixtepec se aprobó desde 2006 en beneficio de seis municipios; lo iniciaron, sí, pero el pequeño tramo que hicieron ya no sirve. En Guevea de Humbolt han transcurrido 10 años gastando con cargo al camino y éste sigue en pésimas condiciones.

En San Vicente Lachixio llevan tres años y no hay para cuando terminen. Lo mismo han tardado en Santiago Ixtayutla: con un presupuesto de 70 millones de pesos, el avance es poco y el trabajo de mala calidad. La pavimentación del camino que conecta a Villa Alta, en la Sierra Norte, con Villa Díaz Ordaz –así llamada en honor a un liberal y no al ex presidente poblano–, se inició a finales del gobierno de Diódoro Carrasco, lo continuó el de Murat y ahora el de Ulises; entre los tres, a la fecha han gastado 160 millones de pesos enhacerlo y está inservible. En la carretera de Oaxaca a Pochutla, en la Sierra Sur, hay un letrero que dice: El gobierno del estado moderniza camino La Venta-San Francisco Ozolotepec, pero no es cierto, no hay nada.

Como una muestra del proceder de Ulises Ruiz, basta ver su actuación en el conflicto agrario entre Teojomulco y Texmelucan: el primero entregó 6 mil hectáreas al segundo a cambio de una indemnización de 93 millones de pesos, pagada por la secretaría de la Reforma Agraria, y de 100 millones para obras públicas, aportados por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas; asimismo, el gobierno del estado se comprometió, por escrito, a contribuir con 40 millones adicionales. Sin embargo, los 100 millones de pesos de la CDI pasaron a un fideicomiso presidido por Ulises Ruiz, quien dispuso de 40 millones para obras de mala calidad, algunas de las cuales quedaron inconclusas. Esto obligó a la comunidad de Teojomulco a emprender un juicio y a movilizarse para recuperar los 60 millones restantes, que luego de muchas protestas le fueron entregados al gobierno municipal. Pero de los 40 millones que supuestamente pondría el gobierno del estado, el pueblo sólo ha recibido la mitad.

En Oaxaca impera la corrupción. En julio de 2008, la revista Procesodocumentó y dio a conocer que la esposa (accionista mayoritaria), la mamá y una tía de Ulises Ruiz tienen un hospital de especialidades en el Distrito Federal, valuado en mil 500 millones de pesos. El reportaje describe: “Localizado en la delegación Coyoacán, al sur de la ciudad de México, compite con los hospitales más modernos. A él se puede llegar por tierra o por aire, pues cuenta con helipuerto… En su sitio electrónico, los directivos del nosocomio –inaugurado el 31 de mayo de 2007– lo promueven como ‘lo mejor para la mujer’ y destacan que se especializa en la prevención y tratamiento de cualquier ‘amenaza’ a la salud femenina. Oaxaca es el estado que registra el mayor índice de pobreza extrema en el país y ni siquiera cuenta con una clínica para la mujer. Además, tiene el mayor índice de mortalidad femenina a nivel nacional. Según la secretaría de Salud de la entidad, en los últimos cinco años murieron por lo menos 312 mujeres debido a complicaciones durante el embarazo, el parto y el puerperio”.

Además de esta corrupción que daña a los más desposeídos, en Oaxaca los principales violadores de los derechos humanos son el gobernador del estado y su camarilla. Existe una red de gente desalmada, dirigida por funcionarios estrechamente vinculados a Ulises Ruiz. La mayoría de ellos, después de haber ocupado cargos en el estado, como muestra de su impunidad, han pasado a ser diputados federales. Tal es el caso de Jorge Franco Vargas, ex secretario general de Gobierno durante el conflicto con la APPO; de Heliodoro Díaz Escárraga, quien sustituyó al anterior.

A este grupo también pertenece el tres veces diputado federal, Elpidio Desiderio Concha Arellano, responsable del linchamiento en el cual perdió la vida el profesor Serafín García Contreras, el 27 de julio de 2004, en el Puente de Fierro, cerca de Huautla de Jiménez. Otro es Eviel Pérez Magaña, secretario de Obras Públicas de 2004 a 2008, hoy coordinador de los legisladores oaxaqueños en el Congreso y hombre de toda la confianza del gobernador.

La responsabilidad de Ulises Ruiz y de este grupo en los asesinatos de más de 20 maestros y simpatizantes de la APPO ha sido reconocida hasta por los indolentes ministros de la Suprema Corte. Pero no sólo se han dado estos lamentables casos. Hay muchos otros. Tengo testimonios de algunos más. El 6 de abril de 2009, en Jicayán, fue cobardemente asesinada Beatriz López Leyva, coordinadora del Gobierno Legítimo, por denunciar la corrupción del presidente municipal. En San Pedro Totolapa, como consecuencia del conflicto magisterial entre la sección 22 y la 59, protegida por Ulises Ruiz, fue asesinado el 12 de mayo Leonor Ortiz Barriga, presidente de la sociedad de padres de familia. También en Jicayán, por la misma causa, el 28 de agosto ultimaron al maestro Artemio Norberto Camacho Sarabia.

Los pobladores de San Pablo Coatlán viven aterrorizados: el palacio municipal está tomado por gente armada al servicio del alcalde impuesto desde Oaxaca. Allí, el 7 de mayo de 2008 hirieron de gravedad a Sergio Contreras –quien falleció el 12 de marzo de este año–; luego, el 26 de septiembre del año pasado, asesinaron a su hijo, Rosalino Contreras Martínez, y el 29 de junio de 2009, al síndico municipal, Claudio Martínez Juárez.

En Santa María Ozolotepec, en la región chatina, me relataron: el 5 de enero de 2006 fue encarcelado el profesor Jaime Loeza Juárez; el 8 de marzo, en plena celebración por el Día Internacional de la Mujer, la policía detuvo a siete ciudadanos de diferentes pueblos; en julio de ese mismo año, fue torturado Alejandro Salinas Cortés, representante de bienes comunales. En diciembre de 2007 fueron torturados y encarcelados en Huatulco, el profesor Lorenzo Salinas Mendoza, ex presidente municipal, y Alejandro Salinas Cortés; ambos acusados de portación de armas de uso exclusivo del Ejército; en ese mismo mes, desapareció Lauro Juárez, regidor de Hacienda, cuando participaba en una manifestación en el cerro del Vidrio, en el crucero a Juquila; hasta hoy se desconoce su paradero. El 30 de abril de 2008 fueron detenidos ocho indígenas a quienes se les imputan delitos del fuero común y federal. Después de dos meses, siete salieron bajo fianza; sin embargo, Alejandro Salinas permanece en prisión en Juquila.

En Santo Domingo Ixcatlán, en abril del año pasado, el presidente municipal ordenó asesinar a tres miembros de la comunidad. La ejecución se llevó a cabo de manera brutal: destrozaron y quemaron los cuerpos. Me enseñaron unas fotos horrendas. El presidente municipal está en la cárcel con tres o cuatro personas más. Sin embargo, los familiares de las víctimas temen que sean liberados porque el alcalde está vinculado con Ulises Ruiz, a quien ayudó durante la represión a los maestros en 2006. Además, señalan que otros responsables andan libres y desafiantes.

En Santiago Xanica, un niño de 12 años, con ropa limpia y bien peinado, antes de acudir al catecismo leyó un escrito enviado por su padre desde el módulo de máxima seguridad del reclusorio de Miahuatlán, donde permanece cautivo con otros dos indígenas más, acusado de secuestro, lesiones calificadas y homicidio. Además de afirmar que los delitos les fueron fabricados, Abraham Ramírez Vázquez sostiene:

Por más dura que han sido las circunstancias, no he claudicado en mi lucha. Nosotros, que formamos parte del Comité por la Defensa de los Derechos Indígenas, hemos venido emprendiendo una larga lucha en defensa de nuestra autonomía, nuestra cultura, nuestras lenguas, nuestros recursos naturales. Los pueblos marginados de Oaxaca esperan de ustedes palabras de lealtad, verdad, seriedad, ética; ya no más mentiras, promesas que se las lleva el viento. Nuestro estado necesita un verdadero cambio, ya no más un estado bárbaro en donde el poder mata, asesina, secuestra y desaparece a sus ciudadanos y no pasa nada. Ya no más asesinos, tiranos, usurpadores como Ulises Ruiz.

n julio de 2010 se celebrarán elecciones de gobernador en Oaxaca. En ese año, lleno de simbolismo, es posible terminar con 80 años de hegemonía del PRI-gobierno. Este cambio debe darse de manera pacífica y, obviamente, por la vía electoral. Pero no será fácil; como es sabido, existe un grupo político carente de ideales, sin escrúpulos ni sentido de responsabilidad. Sus ambiciones e intereses personales lo llevarán a tratar de mantenerse en el poder a costa de lo que sea y a seguir utilizando el dinero del presupuesto para traficar con la pobreza de la gente.

No en vano Ulises Ruiz ordenó a sus diputados federales aprobar aumentos de impuestos, gasolinas, diesel, gas y luz, para participar en el reparto del botín. El presupuesto de Oaxaca pasará de 34 mil millones de pesos en 2009 a 48 mil millones en 2010, 30 por ciento más. La mayor parte de este incremento será manejado por Caminos y Aeropuertos de Oaxaca (CAO), organismo que simboliza la ineficiencia y la corrupción.

De igual forma, seguramente, habrá una bolsa con mucho dinero destinado a la campaña del candidato del PRI para entregar despensas y materiales de construcción, y comprar votos; éste tendrá a su servicio a la mayoría de los medios de comunicación y se intensificará la guerra sucia. Ulises Ruiz contará con la complicidad de Enrique Peña Nieto y del PRI nacional y, desde luego, de la mafia en el poder que manda y decide en México.

Sin embargo, en Oaxaca hay condiciones inmejorables para lograr un verdadero cambio y establecer un gobierno del pueblo y para el pueblo. ¿En qué baso mi optimismo? En primer término, en que la gente tiene mucha conciencia sobre la realidad y está decidida a luchar por una transformación. Adonde quiera que fui, en todas las regiones, hasta en las comunidades más apartadas, me encontré a hombres y mujeres, jóvenes, ancianos, maestros, estudiantes, líderes sociales, jubilados, migrantes, profesionales, comerciantes, taxistas, pequeños empresarios, líderes de colonias, religiosos, ecologistas, defensores de derechos humanos y residentes en otros estados del país, con la voluntad de terminar con la pesadilla que han significado los gobiernos autoritarios e iniciar una etapa nueva en la vida pública del estado.

A las reuniones de información asistían muchas mujeres. Al principio me inquietaba su seriedad, sus rostros como de piedra, su aparente indiferencia. Llegué a pensar que estaban en desacuerdo con lo que decía, que no entendían bien o que de plano no hablaban castellano. Pero pronto comprendí que esta actitud obedece a su manera de ser y en realidad están informadas, interesadas y simpatizan con la causa de la justicia. De esto me di cuenta cuando al terminar cada acto iba a saludarlas de mano y ahí comenzaba el verdadero diálogo.

Me hablaban de sus problemas, de lo que pensaban, y entonces sonreían y era el momento en que me entregaban frutas, bolsitas de café, piloncillo, paños bordados y nos deseaban de distintas y emotivas formas, que nos fuera bien y que nunca las abandonáramos. Ese era uno de los motivos de retraso en el recorrido diario.

Visitar todos los pueblos de Oaxaca siempre implicó administrar bien el tiempo: no dejar de atender a la gente pero no tardar demasiado en cada lugar para cumplir con todos los compromisos. Aquí aprovecho para decir que en algunas partes me reclamaban porque duraba poco la visita. Recuerdo que en Santiago Yosundúa me contaron que el general Cárdenas se había bañado en el río, que había visitado su bella cascada y se había quedado a dormir.

A propósito del general, debo decir que aunque lo recuerdan en todas partes, en donde más lo quieren es en San Jorge Nuchita. Allí lo adoran, entre otras cosas, porque en los años sesenta, cuando era responsable de la Comisión del Balsas, les construyó el camino, les hizo puentes, presa, canales, escuelas, les introdujo el agua potable y la energía eléctrica. Ningún presidente de México ha tenido tanta comunicación con la gente y un amor tan profundo por el pueblo como el general Cárdenas.

El despertar del pueblo de Oaxaca tiene que ver con su innata inteligencia. Un día visité una remota comunidad cuicateca; aunque era un miércoles a mediodía y llovía a cántaros, a la asamblea asistieron como 200 indígenas. Mi grata sorpresa fue encontrar a un joven que leyó un manuscrito, citando a Oscar Wilde, y exponiendo su sentir de la siguiente manera:

“Basta ya de que el poder esté en manos de la clase privilegiada, de esa gente hipócrita que ha saqueado nuestra nación, vendiéndola al mejor postor y que siempre quiere más, endeudándonos, haciéndonos pagar algo por lo cual nunca disfrutamos, alegando que nuestro capital es insuficiente para solventar las necesidades de la nación, pero no será suficiente si los que están allá arriba, en el poder, cobran sueldos fuera de lo común, derrochan todo lo que pueden en lujos innecesarios, y es el colmo porque todavía hay que pagarles a los que ya no están como los ex presidentes de la República.

Y aún tienen el descaro de decir que no les alcanza. Si a ellos no les alcanza, no se preguntarán entonces cómo vive un obrero, un peón, un campesino, otros que sumamos la mayoría, que día a día tenemos que luchar para medio comer, medio vivir y medio educar a nuestros hijos que asisten a escuelas públicas con baja infraestructura, a hospitales y a otras instituciones públicas tan deficientes.

Este joven, que luego supe que había estudiado la preparatoria en Oaxaca y que para poder hacerlo tuvo que trabajar de peón de albañil, con mucha claridad propuso: Generemos objetivos comunes, reinventemos formas de definición democrática y pongámoslas en práctica pero, sobre todo, seamos fieles a nuestros ideales. Yo creo que es momento de que esto ya termine, y que al final, sólo sea un vago recuerdo de un mal sueño.

Así como él, hay mucha gente inteligente, comprometida y sensible. No voy decir sus nombres ni el de las comunidades en que viven porque sería inapropiado, pero tengo presentes sus anhelos. En Oaxaca existen numerosas organizaciones sociales y radios comunitarias que defienden sinceramente los recursos naturales, la cultura y los derechos humanos. Hay importantes asociaciones de productores y destacan las que se dedican a la comercialización del café. Conocí pastores, sacerdotes y religiosas que están contra las injusticias y a favor de los pobres, como las monjas que me encontré en Zaniza, quienes viven y trabajan ahí para la gente desde hace 30 años.

La mejor organización popular de Oaxaca es la de los maestros. Se trata de la sección sindical más democrática y de mayor dimensión social del país. Por eso, han sido muy golpeados y han estado sometidos a una intensa campaña de desprestigio. Pero me consta que trabajan con responsabilidad y están vinculados a las comunidades. En todos los lugares a los que fui había clases en días laborables: en las vísperas del 20 de noviembre, los encontré por la tarde y noche reunidos con padres de familia y estudiantes, haciendo arreglos y preparando los festejos y el desfile conmemorativo.

En mi gira por los 570 municipios de Oaxaca siempre me acompañaron los senadores Salomón Jara Cruz y Gabino Cué Monteagudo, no así otros dirigentes. Salomón Jara ha tenido la sensatez de no dejarse cautivar por el poder, como sucede con otros que al llegar a un cargo ya están pensando en merecerlo todo. Pasó la prueba, nada sencilla, de declinar a ser candidato a la gubernatura para apoyar a quien está mejor posicionado.

El caso de Gabino Cué es también muy interesante. Aunque proviene de una familia acomodada de la ciudad de Oaxaca y estudió en una universidad privada, tiene mucha sensibilidad social. Es un candidato idóneo para la gubernatura de Oaxaca porque reúne dos cualidades básicas: representa tranquilidad para las clases medias que suelen ser asustadizas y susceptibles de manipulación ante las campañas mediáticas de satanización o de violencia y, al mismo tiempo, cuenta con la confianza de los pobres que son la mayoría en el estado.

Por todo ello, considero que es posible el triunfo en las elecciones del año próximo. Desde luego, es indispensable convocar a todos los hombres y mujeres de buena voluntad para consumar esta gesta cívica y poner mucha atención en la defensa del voto, teniendo en cuenta que en 2004 inventaron 80 mil sufragios para imponer a Ulises Ruiz. La trayectoria de este personaje lo dice todo: su carrera la ha dedicado a realizar fraudes electorales por todo México.

A pesar de las grandes dificultades que habrá que enfrentar, mi pronóstico es que triunfará la democracia en Oaxaca. Su pueblo está decidido a establecer un gobierno de mujeres y hombres honrados y de buenos sentimientos, que no tenga como objetivo la venganza, sino la justicia. Asimismo, considero que es indispensable aplicar un programa para impulsar las actividades productivas porque hay mucho potencial para aumentar la producción y crear empleos. Por ejemplo, es inaceptable que, debido al abandono gubernamental, en los municipios de Santa María y San Miguel Chimalapa –de sólo 10 mil habitantes y con 580 mil hectáreas de tierras de primera, susceptibles de ser utilizadas para la agricultura de ciclo corto, para la ganadería y, sobre todo, para la producción de árboles maderables como el cedro y otras especies–, los jóvenes estén emigrando a Estados Unidos en busca de trabajo.

Es necesario apoyar a los productores de café, a las mujeres y los hombres que se dedican al tejido de la palma; fortalecer la economía de autoconsumo, entre otras acciones, con pequeñas obras para retener el agua y enfrentar las sequías, cada vez más frecuentes; fomentar el desarrollo forestal sustentable y proponerse como reto pavimentar en el sexenio los 290 caminos de terracerías que conducen a las cabeceras municipales. Esto parecería inalcanzable pero, al mismo tiempo, es una gran oportunidad para crear miles de empleos, abriendo frentes de trabajo por todos lados para construir seis mil kilómetros de concreto hidráulico, haciendo a un lado lo más que se pueda el uso de maquinaria, para emplear intensivamente la mano de obra. Claro está que para ello es indispensable una buena organización y un gran acuerdo con los gobiernos municipales a fin de sumar esfuerzos y recursos.

Hay que construir una verdadera alianza por la educación entre el gobierno y el magisterio, que contemple mejorar la calidad de la enseñanza, el respeto a las culturas indígenas y la aplicación de un programa de desayunos escolares y de becas para asegurar que ningún joven se quede sin la oportunidad de estudiar por falta de recursos económicos. De igual forma, hay que garantizar el derecho a la salud con atención médica permanente, no sólo de lunes a viernes, con medicamentos suficientes y gratuitos, y construir hospitales en las regiones más distantes. El programa de adultos mayores debe beneficiar a todos y apoyar sin restricciones a los discapacitados pobres del estado.

Asimismo, hay que aplicar una política de fomento a la cultura, el arte y las artesanías en especial, apoyando a los creadores en la comercialización de sus obras y productos. Y fortalecer la extraordinaria tradición de las bandas de música, con escuelas, maestros e instrumentos.

Un gobierno verdaderamente democrático debe atender los conflictos agrarios para evitar enfrentamientos y dar tranquilidad a la gente; también tiene que ponerse del lado del pueblo y defender los recursos naturales y los bienes de las comunidades, ante el acecho de empresas depredadoras en todo sentido, tanto nacionales como extranjeras.

Termino este relato no sin nostalgia. Tuve el privilegio de vivir esta gran experiencia. Siempre recordaré Oaxaca, sus hermosos paisajes, sus zonas arqueológicas y conventos. Cómo olvidar los majestuosos sabinos que son como las ceibas de mi tierra. Sus manantiales, cascadas y lugares tan bellos como San Juan Ozolotepec. O las tlayudas, el pan de Santo Domingo Tomaltepec y de Talea de Castro, el café de Pluma Hidalgo, los alebrijes de Tilcajete, el mezcal tradicional de San Juan del Río y Zoochila, el tejacate de San Andrés Huayapam y no le sigo para no herir susceptibilidades porque en todas partes hay cosas excepcionales pero, sobre todo, lo subrayo, el oaxaqueño es un pueblo con alma colectiva y una inmensa bondad.